En medio de múltiples esfuerzos por impulsar el desarrollo regional más allá de la Gran Área Metropolitana, San Carlos, con su proyección hacia otros ámbitos de la zona central norte, y Pérez Zeledón, principal eje urbano-productivo del sur, tienen mucho que enseñar al resto del país. La razón es doble: en primer lugar, sus indudables logros, pero también las dificultades que han confrontado.
Tal como informamos en nuestra edición del 29 de diciembre, tras 18 años de haberse constituido como pionera nacional, la Agencia para el Desarrollo de la Zona Norte impulsa, desde Ciudad Quesada, una serie de visionarias transformaciones productivas y logísticas. A partir de la experiencia acumulada, y con el apoyo de entidades como la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) y la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), su objetivo es, en esencia, generar mayor productividad, valor agregado y calidad en ámbitos tan diversos como agroindustria, turismo, salud y una amplia gama de nuevas tecnologías.
En Pérez Zeledón y la región Brunca, con apenas cinco años de haberse establecido la Agencia de Desarrollo de la Zona Económica Especial, el proceso es más incipiente. Sin embargo, gracias a una coalición y fuentes de colaboración de índole similar, camina por la misma ruta: a partir de la identificación de fortalezas, debilidades y oportunidades, aunan esfuerzos para impulsar las oportunidades con mayor potencial, mientras, a la vez, tratan de allanar obstáculos. Un reportaje publicado el lunes de esta semana amplió detalles al respecto.
El Pacífico norte, con Liberia como epicentro; el Pacífico sur, con el eje logístico de Caldera-Puntarenas; Limón-Atlántico, todavía poco explotado; y Turrialba-Jiménez, son también regiones donde están en marcha alianzas multisectoriales para facilitar el desarrollo, con resultados mixtos, pero varias posibilidades a la vista. La Zona Económica Especial de Cartago, constituida en el 2011, ha sido particularmente exitosa, además de colaboradora con sus colegas de otras zonas, pero su ubicación en la GAM le otorga otro carácter.
Todas estas experiencias, en distinta medida, revelan factores esenciales para que el entusiasmo de las iniciativas logre, efectivamente, generar desarrollo y empleo. El punto de partida, indispensable, son las alianzas multisectoriales, en las que la academia, los empresarios y las municipalidades se articulen entre ellos y con instituciones nacionales clave para diseñar estrategias capaces de desarrollar fortalezas, identificar oportunidades, superar obstáculos y trabajar en el impulso y ejecución de las iniciativas.
Al analizar los retos, dos variables se destacan de manera general: la calidad del recurso humano y la infraestructura, tanto física (transportes) como de conectividad digital. En ambas, aún existen enormes falencias. Por ejemplo, de 600 candidatos evaluados por la empresa Amazon para brindar servicios a clientes desde Pérez Zeledón, apenas fueron contratados 100, no solo por debilidades en el manejo del inglés, sino también por la carencia de otras habilidades necesarias para la interacción social o por la ausencia de Internet fija con suficiente capacidad en varios distritos del cantón. Es una muy seria llamada de atención. Y, si se analizan las estadísticas del nivel educativo, en la mayoría de las zonas mencionadas los resultados son poco estimulantes.
Otros ejemplos: San Carlos está aún a la espera de una adecuada interconexión mediante carretera y tren con el resto del país, los nuevos puestos fronterizos avanzan con enervante lentitud, el puerto de Caldera ha sobrepasado con creces su capacidad y la oferta del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), aunque amplia, está a la zaga de las necesidades del mercado laboral en todo el país; de aquí la importancia de su reforma.
Hemos avanzado, sin duda, y algunas comunidades lo han hecho ejemplarmente. Pero mientras no se superen escollos como los mencionados, vinculados con políticas públicas nacionales, el dinamismo será limitado, quedará circunscrito a pocas áreas y difícilmente generará un verdadero salto de desarrollo fuera de la GAM.