Editorial

Editorial: El altar del ‘consentimiento informado’

Las familias de 215.000 estudiantes de escasos recursos no pueden satisfacer su necesidad de conectividad porque la Prodhab pone trabas a su localización para brindarles un servicio de Internet gratuito.

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Las 147.000 familias de los 215.000 estudiantes de escasos recursos necesitados de conectividad pueden estar tranquilas. La Agencia de Protección de Datos de los Habitantes (Prodhab) resguarda su privacidad al punto de imposibilitar su localización para brindarles un servicio de Internet gratuito, indispensable para limitar el daño sufrido por la educación pública en el año de pandemia.








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