Editorial

Editorial: Ayuda humanitaria para Venezuela

Maduro debe dejar de interponerse entre el pueblo desesperado y la asistencia internacional. La movilización ciudadana impulsada por el presidente Guaidó será clave para romper el cerco.

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La crisis humanitaria en Venezuela es real, indignante y galopante. Sus habitantes la sufren, el mundo democrático la reconoce y gran cantidad de países han comprometido ayuda para paliarla. Pero el dictador Nicolás Maduro la niega y rechaza como “limosnas” indignas que el pueblo reciba alimentos y medicinas indispensables para aliviar su crítica situación. Para el presidente sin apoyo ni legitimidad, pero aún con armas, lo que importa es mantenerse en el poder, aunque sea a costa de la miseria, la escasez, la criminalidad, la degradación, el hambre y la desnutrición; aunque el éxodo de sus compatriotas haya adquirido dimensiones casi bíblicas y aunque cada día se anuncien muertes por falta de medicinas o alimentos.








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