En febrero, escuché a Maricel Sáenz afirmar que “la resistencia a los antibióticos y el cambio climático son dos de las mayores amenazas que enfrenta la humanidad”.
En el momento, me impactó la afirmación, pero no fue hasta ver los efectos de la covid-19 cuando logré dimensionar el peligro que representa la aceleración de la resistencia a los antibióticos.
Maricel, orgullosamente costarricense, fue invitada a la Singularity University Costa Rica Summit para hablar de Next Biotics, emprendimiento que utiliza la edición genética para crear soluciones a la resistencia a los antibióticos. Ella es una de las dos fundadoras, en el 2017, y la presidenta de la empresa.
Una de las grandes revoluciones en la medicina del siglo pasado fue el descubrimiento de la penicilina. Sin entrar en la controversia sobre si fue Clodomiro Picado o Alexander Fleming, lo cierto es que brindó al mundo una de las herramientas más valiosas en el combate contra las bacterias y hongos: los antibióticos.
Producto de esta amenaza, en el 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el informe Sistema mundial de vigilancia de la resistencia y el uso de los antibióticos (Glass, por sus siglas en inglés) y, en un tiempo récord de 3 años, ya tenía 64.000 sitios de vigilancia y reclutó 2 millones de pacientes procedentes de 66 países.
La conclusión, publicada este mes, es sumamente alarmante: “Un número sin precedentes de países informa tasas preocupantes de resistencia a los antimicrobianos”.
La OMS también manifiesta su intranquilidad por el posible empeoramiento de la resistencia debido al uso inadecuado de antibióticos en el transcurso de la pandemia de la covid-19.
Viendo el esfuerzo público privado por encontrar la vacuna, el nivel de consciencia en el mundo sobre nuestra alta vulnerabilidad, junto con el marcado ímpetu por la innovación, debe aprovecharse esta coyuntura para sensibilizar a personas y gobiernos con respecto a la existencia de esta grave amenaza y la necesidad de incrementar la inversión en el desarrollo de nuevos antibióticos, teniendo como norte que los efectos de la pandemia palidecen frente a la amenaza a la salud, la economía, la agricultura y el ambiente si se perdiera la eficacia de los antibióticos.
La autora es politóloga.