El enfrentamiento con China recrudece y se inicia un nuevo capítulo al prohibir Estados Unidos la venta de componentes de tecnología de su país a compañías chinas, la más conocida es Huawei, pero también están ZTE, Megvii y Sugon. Las contramedidas chinas ya están preparadas. Conocida como 3-5-2, la oficina central del Partido Comunista ordenó a los entes estatales reemplazar los dispositivos y los software extranjeros en un periodo de tres años. Significa un cambio de entre 20 millones y 30 millones de hardware, programado de la siguiente manera: 30 % en el 2020, 50 % en el 2021 y 20 % en el 2022, de ahí su nombre.
Si le siguiera el sector privado, por la influencia del Gobierno, significará la pérdida de un mercado de $150.000 millones anuales de ventas de tecnología estadounidense. Muy malas noticias para HP, Dell y Microsoft, entre otras. La propiedad intelectual también es tema de fondo en la disputa, pero ambos países justifican su decisión en razones de seguridad nacional. Ninguna potencia quiere depender de la otra en asuntos tan sensibles como la tecnología y las comunicaciones.
Estados Unidos ha presionado a sus aliados para que no utilicen la empresa Huawei ni su 5G. Algunos países han obedecido como Japón, Australia y Nueva Zelanda; otros se han resistido, como Alemania y Francia, y han establecido más controles y regulaciones. No obstante, llamó la atención que en el comunicado oficial de la reciente reunión de la OTAN se mencionara por primera vez a China, su creciente influencia y cómo los países miembros deben enfrentarla en conjunto.
¿Reconsiderarán las naciones europeas su vinculación con empresas chinas en materias estratégicas como lo es la banda 5G? La respuesta no está clara, aunque se han alzado voces, como la de Norbert Röttgen, jefe del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento alemán, quien define el problema como de soberanía europea.
La decisión no es fácil para los Gobiernos, algunos tienen inversiones de Huawei en sus redes porque la empresa es líder en tecnología y costo en 5G, por lo cual decantarse por una opción europea, como Erickson o Nokia, podría retrasar y encarecer la ejecución; además, podría generar represalias de China. Este es otro asunto por seguir en el 2020.
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La autora es politóloga.