Charles Dickens publicó en 1843 Un cuento de Navidad. Fue tal el éxito que en menos de cinco días se vendieron los 6.000 ejemplares y, desde entonces, nunca ha salido de circulación. Un deleite en múltiples idiomas y representaciones. ¿Cuál es la historia detrás de esta gran obra?
Dickens, frente al reporte que el Parlamento británico publicó ese año sobre la explotación laboral de la niñez, se propuso crear una historia con un fuerte componente de crítica social, que plasmara su indignación y moviera a la acción. Ya lo había hecho en Oliver Twist, pero había que hacer más. En sus palabras, “en lugar de un panfleto, escribiría algo en Navidad que tendría veinte veces más fuerza”. Sin duda, subestimó el impacto que tendría en múltiples generaciones la creación de Ebenezer Scrooge y la celebración de las Navidades pasada, presente y futura.
Dickens reconoció cómo las Navidades fueron una de sus celebraciones favoritas, pese a que en su familia no solo no había lujos, sino que él, sexto hijo entre ocho, debió salir de la escuela a los 12 años para trabajar cuando su padre fue encarcelado por deudas. Su hermana Frances sirvió de inspiración para la creación de la hermana de Scrooge, la pequeña Fran; y su sobrino Henry, cuya salud fue siempre frágil, está caracterizado en el pequeño Tiny Tim, quien no corrió la misma suerte del personaje.
Se trata de una crítica a la sociedad victoriana pudiente y su insensibilidad ante los más vulnerables, en una década conocida como “los hambrientos años cuarenta”, producto de la falta de trabajo, escasez de comida por malas cosechas, instituciones “sociales” con grandes carencias, sociedad personificada en un avaro, Scrooge, quien ha perdido todo lazo afectivo y la empatía, y anda en busca de dinero. Se trata también de una historia de redención, de la posibilidad de mirar al pasado y el presente bajo una lupa de nuevas prioridades, y la capacidad que todos tenemos de cambiar y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.
Más importante aún, las palabras de Dickens siguen resonando con el más poderoso mensaje: las Navidades representan el amor, las vivencias en familia y dar es la obligación de abrir nuestros corazones a quienes más lo necesitan.
La autora es politóloga.