Christine Lagarde es el vivo ejemplo de que es posible fracasar y triunfar. Perdió en dos ocasiones el ingreso al servicio civil francés. Se señala negativamente al sistema de evaluación que la reprobó, por perder un talento como ella.
Como muchas mujeres que rompen el techo de cristal, Lagarde formó parte del equipo nacional de nado sincronizado y ganó presea de bronce en el campeonato nacional francés reafirmando la carrera de muchas exitosas que se inician en el alto rendimiento y son luego destacadas profesionales.
Abogada y máster en Ciencias Políticas, tiene dos hijos y ha logrado superar estereotipos y paradigmas al ser elegida en varios ministerios; fue la primera mujer ministra de Finanzas y desde allí ganó el respeto de sus colegas como uno de los mejores jerarcas en la Unión Europea. Ese sería su inicio en el mundo de los números porque después fue directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, en una década compleja, que hubo de sobrellevar los efectos de la crisis del 2008, la peor después de la Gran Recesión. Por su desempeño, varios medios la colocan entre las mujeres más poderosas del mundo.
El 1.° de noviembre rompió un nuevo techo de cristal al asumir la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), entidad monetaria de la Unión Europea. La primera mujer en los 21 años de fundado. Una vez más le corresponde ejercer en una coyuntura compleja, una entidad con divisiones internas y una economía global a la baja para el 2020 (según los pronósticos del FMI, de un 1,1 %) generada, entre otros factores, por las tensiones entre Estados Unidos y China, la incertidumbre sobre el brexit y la desaceleración de Alemania, motor económico europeo.
La selección de Lagarde, hábil negociadora, conocida por su capacidad de conciliar y formar equipos, es una apuesta por darle un giro al manejo del Banco, a uno de mayor discusión, rendición de cuentas y transparencia. Ya ha empezado a tender puentes y opta por un esquema más colaborativo. Rompiendo esquemas, anunció que el cambio climático será integrado en las políticas monetarias, un asunto inusual en la banca central y con fuertes opositores. Serán ocho años interesantes. Una exitosa gestión suya nos beneficiará a todos.
La autora es politóloga.