Columnistas

Radar: Un tren transformador

La Asamblea tiene el deber de hacer un escrutinio antes de aprobar todo plan. Pero también está para hacer que impere la visión sobre la miopía y la responsabilidad nacional sobre la mezquindad.

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En días recientes, algunas fracciones legislativas se le han metido al tren. No lo han hecho con afán suicida, sino por presuntas dudas sobre la conveniencia de autorizar el préstamo que haría posible el tren eléctrico de la GAM. Y, como la Asamblea controla esa palanca, el riesgo de descarrilamiento es real. Para evitarlo, espero que los diputados se informen bien, adopten mirada a largo plazo, aclaren sus dudas, se liberen de cualquier prejuicio que las acompañe y procedan a una discusión seria y puntual antes de aprobar los $550 millones ya adjudicados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).








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