Columnistas

Polígono: La mentira útil

Mientras las bombas achicharraban a los no combatientes, quedaban intactas las instalaciones ferroviarias por las que seguían circulando los convoyes rumbo a los campos de exterminio.

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Por entonces, se comenzaban a divulgar las inexactitudes que justificarían la invasión de Irak. Hoy, nadie las creería, pero en aquel momento la fuerza de unos y la sumisión de otros impedían que fueran consideradas fake news. Por razones puramente fortuitas, nos tocó escuchar a una personalidad política local que, amparada en su doctorado en una de las ciencias sociales, declamaba casi sin pestañear las falsedades esgrimidas por los futuros agresores, por lo demás ampliamente respaldadas por el grueso de la prensa occidental. La cortesía —el escenario era privado— nos impidió expresar nuestra preocupación por la destrucción que se avecinaba o mencionar una de nuestras viejas lecturas que, si bien no se refería a Irak, habría resultado relevante en aquella ocasión.








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