“Pensá como marciano”, dice mi voz interior cuando quiero observar la realidad política para describirla sin la influencia de mis prejuicios. Es una orden imposible de cumplir, pero el intento es siempre muy entretenido.
Uno de estos días, la recibí después de leer que, ante la aparición de un “nuevo eje autoritario”, un grupo de personalidades democráticas occidentales —entre las que figuran Yanis Varufakis, Bernie Sanders, Naomi Klein, Noam Chomsky y Slavoj Zizek— llegó a la conclusión de que urge crear un frente progresista internacional.
La idea motriz del grupo venía tomando forma desde el 2016, pero adquirió súbita vitalidad debido al temor de que la crisis sanitaria mundial esté creando las condiciones para que, aprovechando la desarticulación transitoria de los movimientos sociales, la extrema derecha dé rienda suelta a antiguas tendencias autoritarias.
Hay desconfianza en la retórica de moda según la cual la experiencia traumática que nos ha deparado la presente crisis operará en la especie humana un milagro que nos volverá a todos tan sabios, prudentes y solidarios que, a partir de ahora, el guion de la política será más simple que el del ballet navideño de Chaikovski.
Mi marciano interior les da la razón porque hace exactamente un siglo la especie dominante de la Tierra pasó por una experiencia semejante y la legión de ángeles que siempre creemos ser no apareció por ninguna parte; más bien, no pasarían quince años antes de que Occidente fuera sumergido por el oleaje del devastador sunami fascista.
Comenta el marciano que los parteros del nuevo frente parecen actuar a título estrictamente personal; que no los ve entusiasmados con la posibilidad de convocar en su ayuda a los partidos políticos de la llamada izquierda democrática, tal vez porque el bloque básico de la socialdemocracia se ha resignado, al igual que en 1920, a la irrelevancia: salvo por escasas excepciones, los partidos protegidos por esa franquicia se encuentran hoy aparcados en una cuneta de la historia.
“Eso explica”, concluye, “que el SPD alemán haya comenzado hace pocos años la demolición de la Internacional Socialista con la creación de la nueva Alianza Progresista Internacional, en la que, por ejemplo, el PAC de Costa Rica, de centroizquierda, toma el lugar del centroderechista PLN”.
El autor es químico.