Columnistas

Página quince: Una mirada sonriente sobre el ser humano

Una persona en París declara ‘urbi et orbi’ su decisión de autocasarse porque en el día es uno y por la noche una.

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Sucedió en la estación del metro Concorde. Elegida estratégicamente para la discordia. Una persona de aspecto andrógino, vestida ambiguamente, vociferaba, megáfono en mano. Por poco se tragaba el embudo. Era mi entender que esgrimir este tipo de artillería auditiva constituía un delito, si bien menor, en París. Es justamente por lo cual urgía hacerlo: las leyes están para ser revisadas, modificadas, revertidas si es preciso. Los ciudadanos comienzan por instituirlas y aceptan plegarse a ellas. Luego, decretan una ley en la que promulgan la ley consistente en no deber adherirse a la ley…








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