Es bienvenida, en principio, la idea de que personas de un país, en particular jóvenes y destacadas académicamente, deseen completar sus estudios en centros de enseñanza o investigación extranjeros, pues ganan ellas y también sus compañeros al exponerse a visiones diferentes del mundo.
No pocos costarricenses han completado su educación en prestigiosas universidades de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania, para citar algunos países, y a su regreso han trabajado como investigadores y ejecutivos en entidades públicas y empresas privadas. De sus conocimientos y destrezas se han beneficiado otros, particularmente cuando se desempeñan como profesores universitarios.
Atracción de cerebros. En las últimas décadas, de manera sistemática, China se ha propuesto sacar el mayor provecho a esa posibilidad, y para eso creó en el 2008 un esquema denominado Programa mil talentos (P1000T), dirigido a atraer profesionales chinos con excelencia académica que decidieron quedarse a vivir en el extranjero.
También, tiene como objetivo interesar a profesores de las principales universidades del mundo, en cuyo currículum figuren reconocidas publicaciones en áreas de interés tecnológico, para integrarlos a la enseñanza e investigación en China. El P1000T anda detrás de la flor y nata o, como cantó Frank Sinatra, de quien se considere top of the list, king of the hill, a number one.
La edad de los candidatos a profesores no debe superar los 40 años; para otros, el tope es 55 y, para profesionales extranjeros destacadísimos, 65.
Como incentivo, les reconocerán los costos de instalación (por ejemplo, $150.000), les pagarán salarios elevados, les otorgarán beneficios a sus familiares y les darán fondos para llevar a cabo proyectos selectos de investigación. Se trata de un programa "oficial”, detrás del cual está el omnipresente gobierno chino, representado por el Comité Central del Partido Comunista.
A la fecha, en el P1000T han participado más de 7.000 personas y una cantidad numerosa de universidades locales, entre ellas la de Fudan, la de Ciencia y Tecnología Electrónica, la de Geociencias de Wuhan y el Instituto de Química de Pekín.
Coronavirus y espionaje. Wuhan es la capital de la provincia de Hubei, en China central, tiene un poco más de 11 millones de habitantes y se dio a conocer en todo el mundo por el brote de coronavirus que llevó a las autoridades a cerrar la ciudad y, a la Organización Mundial de la Salud, a declarar emergencia internacional.
Se estima que el coronavirus y las medidas internas tomadas para combatirlo le costarán a China un 1,5 % del producto interno bruto durante el 2020. Además, varios países perderán con la baja en el turismo y el comercio con China.
El nombre de Wuhan también fue noticia por otra situación preocupante, relacionada con el P1000T. Se trata del arresto del Dr. Charles Lieber, director del Departamento de Química y Biología de la Universidad de Harvard, por haber sido contratado, durante buena parte del período que va del 2012 al 2017, por la Universidad de Tecnología de Wuhan con jugoso beneficio de instalación, sueldo de $50.000 mensuales y una asignación de $1,7 millones para instalar un laboratorio de investigación en dicha casa de estudios superiores, donde, entre otros, mostraba el logotipo de Harvard.
Todo lo anterior sin el conocimiento de la Universidad de Harvard, donde el Dr. Lieber participaba como director o investigador en seis programas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, con un presupuesto de más de $8 millones, donde exigen a los involucrados declarar lo que pudiera constituir un conflicto de intereses financiero o de otra naturaleza, lo cual Lieber no hizo y alegó desconocer que su contrato con la Universidad de Tecnología de Wuhan fuese parte del P1000T.
El Dr. Lieber, de 60 años de edad, científico tan destacado en nanotecnología que algunos consideraron digno candidato al Premio Nobel, es doctor en Química por la Universidad de Stanford y ha trabajado en el Instituto Tecnológico de California (Cal Tech, en Pasadena), así como en la Universidad de Columbia.
Después de la noticia, la Universidad de Harvard manifestó que los cargos del Gobierno de los Estados Unidos contra el profesor eran “extremamente serios”, por lo cual se ofreció a cooperar con las autoridades federales y lo separó del puesto.
Otros casos. Las autoridades estadounidenses consideran que la actitud de China en materia de ciencia y tecnología va más allá de la investigación pura mediante la cual la ciencia avanza, pues tiene mucho de “robo de ideas científicas y de espionaje corporativo”.
Como ejemplo, citan el caso de una china de 29 años de edad acusada de mentir, cometer fraude con la visa y actuar como agente conspiradora de un gobierno extranjero.
Ella había estado trabajando en la Universidad de Boston y nunca manifestó que en China ostentaba el rango de teniente. Otro ciudadano chino, de 30 años, quien participó en programas de investigación del cáncer en la Universidad de Harvard, fue detenido en el aeropuerto Logan de Boston por contrabando de material biológico y de investigación tomado de laboratorios estadounidenses.
Como se nota, en la era del conocimiento, el mucho o el mal uso del conocimiento pueden meter a la gente en problemas. La roja manzana del conocimiento que la culebra china, con millones de yuanes detrás, pide a profesionales destacados del extranjero poner a su disposición, es muy tentadora, como tentadora fue la oferta de la serpiente a Eva, relatada en el capítulo 3 del Génesis (invito a los lectores a revisarlo) y que llevó al lapsus humani generis.
Pero, por fortuna, tenemos claro que no caeremos en ella, que de esa manzana no comeremos ni daremos a nuestras parejas, no tanto por virtud, sino porque carecemos del conocimiento científico y tecnológico requerido y, quizá también, por haber sobrepasado los 65 años de edad.
El autor es economista.