Columnistas

Página quince: Lo importante, lo superfluo

El verdadero problema comienza cuando a uno se le caen las ideas.

EscucharEscuchar

Me la topé de golpe en un recodo de los corredores del Teatro Nacional, esos que siguen el contorno del patio de lunetas. La saludé con espontánea sonrisa y alegría. Ella se limitó a mirar a las amigas que la acompañaban y, perpleja, dijo: “¡Qué impresionante! ¿Verdad? ¡Cómo ha cambiado!”. En su momento, era muy bella y talentosa, pero hacía décadas que no nos veíamos.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.