La economía se recupera poco a poco del duro golpe que significó la llegada de la pandemia hace un año. El Banco Central nos dice que el índice mensual de actividad económica (IMAE) creció un 4 % en marzo.
Sin embargo, el índice está un 4 % por debajo del de diciembre del 2019. Además, la caída y la recuperación no son parejas en todos los sectores. Algunos, como la industria —especialmente en zonas francas— y las telecomunicaciones, no sufrieron tanto y siguen creciendo. Pero otros, como el de hoteles y restaurantes, tuvieron una merma del 60 % y les está costando levantarse. Su actividad actual es apenas la mitad de lo que era antes de la pandemia. Estos dos, tal vez más que otros, dependen de que el coronavirus esté bajo control.
El fuerte aumento de casos de covid-19 en los últimos días es otro embate contra ellos. El gobierno impuso medidas sanitarias más estrictas. La misma gente actúa con más cautela y reduce sus salidas a comer a restaurantes o a turistear. Encima, el gobierno de Estados Unidos eleva el grado de alerta para los que quieren visitar Costa Rica, ahuyentando así a los pocos turistas que pensaban venir.
Además de insistir en la responsabilidad de cada uno de cuidarse, una parte vital de la respuesta a la pandemia y a la reactivación es la vacunación. El gobierno se trazó la meta de tener un 70 % de la población vacunada con dos dosis para finales de año. Si se mantiene el ritmo de vacunación de las ultimas dos semanas (150.000 dosis semanales) lo logrará. Pero a mí me parece que debe replantearse esa meta y buscar la inmunidad de rebaño para mucho antes.
Para ello, una opción es aceptar la oferta del sector privado de ayudar en la aplicación de unas 200.000 vacunas adicionales semanalmente. Si las farmacéuticas con las que el gobierno tiene contratos no pueden entregar con más celeridad, habrá que buscar otras alternativas.
El gobierno podría flexibilizar los criterios para aceptar el registro de vacunas «no tan perfectas». También, hacer lo que en el Reino Unido, donde administraron solo una dosis a buena parte de la población para que más gente tuviera, cuando menos, algo de protección contra la covid-19.
¿Qué será mejor para el control de la pandemia y la recuperación de la economía: tener poca gente con muy buena protección o mucha con algo de protección? Los expertos del gobierno deben estar debatiendo entre ellos al respecto.
El autor es economista.