El lobo ya llegó, dice la contralora. Estamos a las puertas de un default, advierte un exministro de Hacienda. Atravesamos una serie de crisis simultáneas: de salud pública, fiscal, deuda, producción y empleo; de índole social y de empobrecimiento, y educativa, manifiestan 56 ciudadanos en una carta abierta a los poderes Legislativo y Ejecutivo.
El diagnóstico está claro: se está gestando una tormenta perfecta que, de no atenderse a tiempo, se convertirá en un huracán incontenible.
Para ello, el mencionado grupo de ciudadanos insta al gobierno y a los diputados a tomar decisiones rápidas y eficientes.
El énfasis está en la inmediatez de respuesta necesaria. Mañana puede ser muy tarde. El titubeo, la discusión política (de politiquería, más bien) o las decisiones en la dirección contraria lo que harán es alimentar la furia de la tormenta.
Las propuestas en la carta no son nuevas. La mayoría están sobre la mesa de discusión. El llamado es para un aceleramiento de la aprobación y ejecución de aquellas iniciativas dirigidas a paliar los efectos negativos de la crisis a muy corto plazo, y las que van en la dirección correcta de reducir la presión fiscal y reactivar la economía.
Se incluyen proyectos de ley para recortar el gasto y ordenar el empleo público, y para otorgar recursos frescos al gobierno a corto plazo.
Lástima que los diputados, si bien aprobaron de manera expedita el presupuesto extraordinario, rebajaron el monto de los recortes. ¡Como que no quieren darse cuenta de la magnitud de la crisis!
La carta en mención agrega la necesidad de reactivar la economía. Solo si las empresas recuperan sus ventas y producción habrá nuevos empleos y, con ello, nuevos ingresos para la gente y el fisco. De ahí la insistencia en que el gobierno busque mecanismos por medio de los cuales retome la actividad económica, sin descuidar la protección de la vida.
El uso de protocolos sanitarios e incentivos para que las empresas se adapten a la nueva realidad operativa son ejemplos de medidas por tomar.
La formación de una comisión para la reactivación, con participación amplia de diversos sectores y dirigida en persona por el presidente Alvarado, daría una señal clara de que el gobierno está de verdad interesado en impulsar la reactivación en el plazo más corto posible.
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El autor es economista.