No es que pretenda ser intenso ni obsesivo, pero viendo como se ha desarrollado este año la vacunación contra la covid-19 considero que ya es hora de pensar en el 2022.
De momento, la ciencia nos dice que el nuevo coronavirus llegó para quedarse y que los seres humanos tendremos que protegernos todos los años de las nuevas variantes.
Porque si algo ha mostrado este endemoniado virus es su enorme capacidad para adaptarse y mutar a velocidades nunca antes vistas en un patógeno de su tipo.
Entonces, si el año próximo no se cuenta con una medicina efectiva, el mundo entero tendrá que volver a poner el brazo para inmunizarse contra este maestro del camuflaje.
Hoy, las grandes farmacéuticas están concentradas en la producción masiva de las dosis para este 2021, pero es seguro que en sus laboratorios ya hay alguien trabajando en la del año próximo.
Igual deben estar pensando gobiernos y empresas poderosas que, en un afán por garantizarse el suministro de la siguiente temporada, podrían pagar multimillonarias sumas por adelantado.
Por ello, en medio del entendible apuro que vivimos en Costa Rica para tratar de alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño, también resulta estratégico comenzar a pensar a futuro.
El actual proceso ha dejado, sin duda, una serie de valiosos aprendizajes que podemos aprovechar desde ahora para planificar la próxima campaña de vacunación.
Las dificultades de producción y de distribución de dosis en el mundo han sido evidentes. También hemos visto el acaparamiento y la inequidad promovidos por algunos países ricos.
En ese sentido, una de las lecciones cruciales que debemos aprender es la importancia de iniciar desde muy temprano la negociación con los proveedores.
Caminar adelante en este proceso sin duda resultará clave para garantizar cantidad, calidad y buen precio, así como para tomar con tiempo las previsiones presupuestarias.
El contar con un suministro garantizado y con un calendario de entregas más puntual podría permitirnos, además, planear mejor la próxima campaña nacional de vacunación.
Tal vez así, a estas alturas del año próximo, y de los siguientes, muchísimos más costarricenses que ahora estén protegidos y ayudando a sacar al país del atolladero.