Columnistas

La política de la memoria nacional

Polonia, no es el único país motivado a reescribir la historia en formas que minimizan la complicidad en crímenes de guerra perpetrados contra los judíos y otras colectividades.

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MADRID – Durante una visita a Varsovia en 1970, el canciller alemán Willy Brandt se arrodilló ante el monumento al levantamiento del gueto; en ese momento, Wladyslaw Gomulka (líder comunista de Polonia) susurró: “el monumento equivocado”. Gomulka hubiera preferido que se les rindiera homenaje a los soldados polacos caídos en la Segunda Guerra Mundial. Y probablemente el actual gobierno ultranacionalista de Polonia, liderado por el partido Ley y Justicia (PiS, por la sigla en polaco) estaría de acuerdo.








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