Vladimir Putin, amo de todas las Rusias, con un trasfondo de campanas, tambores, platillos y trompetas, se encargó de proclamar la perpetuidad en el cargo o algo muy parecido. Según las reformas constitucionales aprobadas de viva voz por la Duma, la semana pasada, Putin podrá reelegirse, con lo cual permanecería hasta el 2036, cuando cargue 83 años sobre las espaldas. Sobrepasaría en 10 años de poder a Stalin.
Quizás Putin se inspiró en la célebre estrofa del tango de Gardel, que 20 años son nada. No olvidemos que hoy, fresco como una lechuga de nuestros frondosos campos, el führer moscovita solo ha cumplido 67 años. ¿A qué deberá tanta vitalidad?
Las reformas constitucionales requeridas por los cambios pregonados por Putin fueron formalmente sometidas al conocimiento de la Duma por la cosmonauta soviética y primera mujer en el espacio, Valentina Tereshkova. Valga señalar que la mayoría predominante en el Parlamento es pro-Putin.
Putin, reiteradamente, había negado todo deseo de seguir en el poder, aunque en esta oportunidad aceptaba la iniciativa por provenir de las bases. Asimismo, afirmó que el paso que tomaba respondía a la necesidad de fortalecer la estabilidad de la nación. Debe notarse que la comunicación enfatizó la preeminencia de la legislación rusa frente a la normativa internacional. Algunos comentaristas indican que esta manifestación responde a la irritación del Kremlin con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otras instituciones internacionales que con frecuencia emiten veredictos en contra de Rusia.
Otras reformas serán sometidas a referendo el 22 de abril. La artificialidad de este paso se comprueba en que el temario incluye no solo la reforma presidencial, sino, además, limita el matrimonio a los heterosexuales y ordena codificar “la fe en Dios de los rusos”, preceptos ambos de inmensa sensibilidad popular.
Las autoridades moscovitas han establecido una prohibición temporal de concentraciones públicas mayores de 5.000 personas. La disposición, según la versión oficial, obedece a la epidemia del coronavirus. Voceros de la oposición califican la medida como un freno a las revueltas previstas en torno a la consulta del 22 de abril.
Mi solidaridad con los anhelos democráticos del sufrido pueblo ruso.
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El autor es politólogo.