La invasión de Rusia a Ucrania, además del efecto en los combustibles, los fertilizantes y el comercio marítimo, ya de por sí dañinos, creará otros problemas muy graves que no solo tocarán los bolsillos de los costarricenses y del resto del planeta, sino también incrementarán los altos índices de pobreza y el hambre.
Entre Ucrania y Rusia producen el 30% del trigo del mundo, insumo básico para la producción de harina, galletas, pastas y repostería, pero especialmente pan, esencial en la dieta de los costarricenses.
Habrá también, inevitablemente, incrementos en los precios del maíz, pues ambos países representan el 19% de la oferta global de esta materia prima.
La salida de estos suplidores, a consecuencia del conflicto armado y de las sanciones económicas impuestas a Rusia, significa la disminución de la oferta, que tratará de ser compensada por otros exportadores, en nuestro caso, por los Estados Unidos, Canadá y, quizá, Argentina, lo que puede asegurar el abastecimiento nacional, pero sin garantía de que se dé a precios aceptables. No obstante, puede significar desabastecimiento en otras latitudes.
El costo del trigo, que ya tenía una tendencia creciente, se ha duplicado, y el maíz ha experimentado un alza cercana al 20% desde principios del año. Ambos granos tienen un efecto multiplicador por sus usos como materia prima de productos esenciales en la alimentación diaria.
De cara a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), por cierto desconocidos por un candidato presidencial, la situación significa, mundial y localmente, un retroceso en tres ODS fundamentales: el combate de la pobreza, el hambre cero y la reducción de las desigualdades sociales, ni más ni menos.
Así como se han planteado diferentes alternativas para enfrentar el impacto de los aumentos en el precio del petróleo, es urgente definir y tomar medidas paliativas que ayuden a hacer frente al incremento en estos insumos clave.
En un Estado social de derecho, la prioridad máxima debe ser acompañar con políticas solidarias y oportunas que den respuesta a aquellos costarricenses en condición de vulnerabilidad y que hoy no tienen los tres turnos de alimentación, dado que su situación será peor en esta coyuntura.
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