Columnistas

Enfoque: De cánticos y serafines

Todo intento de convocar un diálogo tendría que responder previamente cuatro preguntas concretas: ¿Diálogo sobre qué? ¿Para qué? ¿Cómo? ¿Quiénes?

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Todo el mundo pide diálogo social debido a la crisis. ¡Excelente! Supongamos, por el momento, que todas las peticiones están animadas por el más enaltecido sentido cívico de contribuir a un mejor país y evitar las peores consecuencias de la coyuntura. Es un supuesto “jalado del pelo”, pero, como verán, conjeturas así ayudan a afinar un argumento. Entonces: nada de cinismo y cálculos de nadie y todos acuden al llamado del Señor.








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