Ocurrió el pasado fin de semana. Sin pensarlo mucho, las familias que formamos parte de un chat de papás de porristas nos pusimos de acuerdo para celebrar una magna competencia a distancia.
El reto en realidad era sencillo, pero muy desafiante para quienes somos menos que principiantes en las modernas aplicaciones celulares —léase los papás y mamás—.
Cada hogar debía organizarse para grabar uno o más videos que incluían coreografía, baile, música y creatividad para compartir su material con el resto de los integrantes del chat.
Al principio, costó un poco romper el hielo, pero, cuando la primera familia se lanzó a pista, se generó una reacción en cadena que sacó a más de uno de la cama, del cuarto o de la cocina.
Cada video o presentación fue aplaudido y celebrado con furor por un público cautivo que se apuntó a romper la monotonía de un domingo en plena emergencia por la covid-19.
Todos estábamos confinados en nuestras casas, pero en realidad no nos hizo falta salir para pasar una tarde-noche maravillosa en compañía de familiares y amigos.
Padres e hijos no parábamos de reír, mientras nos poníamos de acuerdo para escoger una presentación y ensayar los pasos hasta que nos sintiéramos “preparados”.
En el camino, los más grandes descubrimos que teníamos dos piernas izquierdas para bailar, que la motora fina comienza a abandonarnos o que poseíamos algún talento desconocido.
“No me había reído tanto en estos días”, manifestó una madre feliz de compartir las grabaciones de su familia con los otros miembros del chat.
Y así transcurrió hasta altas horas de la noche el reto de Tik Tok. No hubo ganadores ni perdedores; en realidad, todos ganamos al pasar un rato de calidad con nuestros seres queridos.
Imagine cuántas otras actividades es posible llevar a cabo en familia, en momentos cuando el Ministerio de Salud nos pide distanciamiento social para evitar el pico del coronavirus.
Las noticias nos muestran, día tras día, las numerosas muertes en países como Italia y España debido a la rápida propagación del virus.
Entonces, hagamos caso al ministro de Salud, Daniel Salas, cuando nos implora que nos quedemos en la casa. Aprovechemos para cuidarnos y fortalecer los lazos con las personas que nos aman.
Ronald Matute es jefe de Información de La Nación.