La cadena de huelgas en que los sindicatos tienen al país justifica, por sí sola, la necesidad de una ley que ponga fin a los abusos.
Hoy, donde se hace más urgente la legislación —aprobada en primer debate el 3 de setiembre—, es en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), un servicio esencial prácticamente secuestrado por los sindicalistas. En cuestión de un año, han dejado sin citas médicas a más de 200.000 pacientes; también, con sus ausencias, impidieron operar a 7.000 personas.
Solo a su patrono, la CCSS, los sindicalistas le generaron ¢12.000 millones en pérdidas en la huelga de 26 días de hace un año y no se ha contabilizado cuántos millones más le hicieron perder en la protesta de una semana hace un mes. Solo esto deja ver que los verdaderos enemigos de la CCSS están en planilla. Ellos, sindicalistas, la erosionan y destruyen a poquitos.
Los funcionarios que han visto en las huelgas un deporte, y ganan con ellas porque no pierden ni un cinco del salario, deben tomar conciencia de que con su actuar se roban, poco a poco, el mayor tesoro que tenemos los costarricenses. La CCSS lo es porque de ella depende la vida de todos y estos huelguistas, al boicotear servicios, juegan con la vida y la salud de la mayoría.
Esta cadena de huelgas tiene su parte buena: deja al descubierto cuán acertado es dar la administración de los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) a cooperativas o empresas, pues, durante las huelgas, son los únicos que no torturan a los pacientes. Ellos, por contrato, no paralizan servicios. Y tienen otra ventaja: operan a la mitad de los costos de un Ebáis manejado por la CCSS. Sí, la Caja sale cara por sus salarios.
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Solo este elemento debe llevar a la Junta Directiva a dar marcha atrás en su decisión de quitarle a la Universidad de Iberoamérica (Unibe) la administración de 40 Ebáis en el este de San José a partir del 2020.
Si Unibe no desea seguir, bien, pero que el contrato se le dé a una empresa privada. Que nunca, nunca más, la CCSS tome servicios porque estarán sujetos a secuestro de los sindicalistas cuando les venga en gana.
El robo y la privatización de la CCSS la ocasionan ellos, los huelguistas que llegaron a servirse a manos llenas, no a servir al país.
Twitter: @armandomayorga
Armando Mayorga es jefe de Redacción de La Nación.