La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y varios partidos políticos deben una explicación a los ciudadanos sobre las compras y donaciones de mascarillas.
Una seguidilla de artículos del periódico La Nación deja al descubierto serias inconsistencias que ponen en entredicho la actuación de funcionarios y líderes políticos.
Por un lado, la CCSS otorgó a dos proveedores sin experiencia en el suministro de equipo médico una compra urgente de $4 millones para adquirir 12 millones de mascarillas quirúrgicas.
Una de esas compañías estaba morosa con la Caja cuando ganó el contrato y, dos meses después de la adjudicación, ninguno de los proveedores ha completado la entrega del equipo. Este caso se suma a la pifia cometida por “alguien” en la CCSS que avaló una compra por $1,1 millones de 700.000 cubrebocas desechables para distribuir en los hospitales.
Lo extraño es que los encargados de verificar la calidad no notaran, tal cual elefante blanco, la etiqueta donde dice que esas mascarillas no eran de uso médico.
Pero aún hay más. A pocas cuadras del edificio central de la CCSS, la Asamblea Legislativa se convirtió en caja de resonancia de hechos bastante dudosos. Resulta que cuatro partidos políticos aceptaron donaciones de mascarillas de la República Popular China, aunque el Código Electoral les impide expresamente recibir aportes de extranjeros.
Los partidos Nueva República, Unidad Social Cristiana, Restauración Nacional y Republicano Social Cristiano alegan que no se trataba de un donativo de campaña, sino de ayuda humanitaria.
Sin embargo, en vez de redirigir la ayuda hacia las autoridades sanitarias para que estas hicieran una disposición técnica, ellos mismos la distribuyeron entre organizaciones y comunidades.
Todos estos hechos, y otros que posiblemente estén por ser destapados, ponen en evidencia la fragilidad de los sistemas de control de errores, así como el oportunismo y el posible tráfico de influencias que deberá ser investigado.
Por ello, la CCSS y los partidos políticos involucrados en este caso deben ser los primeros interesados en que estos hechos se investiguen en profundidad y se aclaren los nublados del día.
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