Hace algunos calendarios, en una fiesta de fin de año, observé una pareja tomar sus maletas vacías exactamente a la medianoche para ir a dar una vuelta con ellas por toda la casa. En medio de los fuegos artificiales y la algarabía por la llegada del Año Nuevo, los esposos me explicaron que acostumbraban efectuar este ritual con la esperanza de viajar mucho durante el siguiente año.
Igual que ellos, muchos costarricenses acudimos en esta época a los agüizotes en busca de una ayuda extra, una especie de seguro emocional, para potenciar los propósitos para los siguientes 365 días. A mí, por ejemplo, no me puede faltar la ramita de santa Lucía en la billetera. Unos preferirán comerse 12 uvas para blindar sus metas; otros, usar alguna prenda roja para traer suerte o ropa interior amarilla para cargarse de buenas vibras.
En realidad, todo suma a la hora de buscar estrategias que nos faciliten cumplir nuestros sueños. Sin embargo, los bastiones más importantes de todo proyecto siempre serán la planificación, el trabajo y la evaluación. A Dios rogando y con el mazo dando, dice un popular refrán, que calza a la perfección con el momento crucial que vive nuestro país y los retos que afrontaremos en el 2020.
Sin duda, una de las tareas que demandarán mayor esfuerzo es la construcción de un camino realista y justo para alcanzar la ansiada reactivación de la economía. Un país con un 11,4 % de desempleo (278.000 personas), 35.000 funcionarios sobrendeudados y familias que invierten hasta el 64 % de sus ingresos en pagar obligaciones requiere acciones urgentes.
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Una Costa Rica cuyas finanzas públicas siguen comprometidas por las pensiones de lujo, la evasión fiscal y las maniobras de instituciones que no quieren ajustar sus excesivos pluses salariales necesita reforzar su disciplina fiscal. Como otras veces hemos pregonado en esta columna, es urgente que el gobierno, el sector empresarial, los sindicatos, los partidos políticos, las Iglesias y los ciudadanos se den la mano para acometer esta labor.
No podemos dejar nuestro futuro en manos del azar o de los agüizotes. Los tiempos actuales nos exigen buscar acuerdos claros y serios para empujar al país hacia adelante y con el aporte de todos. Necesitamos que este 2020 sea un año muy fructífero.
rmatute@nacion.com
Ronald Matute es jefe de Información de La Nación.