Sin siquiera sonrojarse, los sindicatos de docentes amenazan con tomar medidas contra el Ministerio de Educación Pública (MEP) por la decisión de no pagar un incentivo que los agremiados no se han ganado.
Resulta que el MEP reconoce todos los años un monto adicional a aquellos funcionarios que trabajan en distritos de bajo nivel de desarrollo socioeconómico.
Los 30.000 beneficiarios del incentivo por laborar en zona de menor desarrollo (ZMD) reciben, en promedio, ¢500.000 adicionales en su salario, lo cual representa un gasto total de ¢22.000 millones al año.
El asunto es que el curso lectivo presencial del 2020 fue suspendido el 17 de marzo debido a la pandemia de covid-19 y, por tanto, los educadores no salen a dar clases.
No obstante, en cuanto trascendió la noticia, la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) y el Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC) pusieron el grito en el cielo.
Con su añejo discurso bochinchero, dichas organizaciones calificaron la medida de ataque, pues alegan un grave perjuicio para los trabajadores que esperaban el dinero para cubrir muchas necesidades.
También sostienen que el giro es un derecho de los servidores públicos y critican el haber hecho el anuncio pocos días antes de la fecha prevista para el pago de la primera parte del beneficio.
Los argumentos, aparte de demagógicos, resultan inadmisibles porque el giro está atado a una tarea que no fue realizada. No es culpa de los docentes, pero tampoco del MEP.
Las finanzas del Estado han sufrido un durísimo golpe durante la emergencia sanitaria y, por ello, el país no puede darse el lujo de regalar a nadie los escasos fondos públicos con que cuenta.
En este momento, sería mejor destinar los ¢22.000 millones del incentivo docente al financiamiento de más bonos para las personas que perdieron el trabajo por la crisis o para comprar equipo médico.
En vez de andar defendiendo beneficios, los sindicatos de educadores deberían estar apoyando decididamente la búsqueda de soluciones para rescatar el agonizante curso lectivo.
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