En este día quisiera darle un espacio al optimismo. Aunque seguimos esperando la llegada del temido pico de la neumonía por coronavirus, cosas extraordinarias han ocurrido en Costa Rica en las últimas semanas.
Ver a tantas y tantas personas remangándose para preparar al país, lo mejor posible, para que soporte el embate de la pandemia es digno de destacar y aplaudir.
Un sentimiento de unidad nacional, de solidaridad y, si se quiere, de patriotismo, parece estar corriendo por las venas de héroes visibles e invisibles que han emergido durante la emergencia.
Médicos, enfermeros, camilleros y asistentes, así como cruzrojistas y paramédicos, arriesgan sus vidas en la primera línea de combate contra el coronavirus.
Policías patrullan desde el aire o por tierra y mar nuestras fronteras. Oficiales de tránsito velan a la intemperie por el cumplimiento de la restricción vehicular.
Educadores derrochan mística e ingenio para rescatar lo que se pueda del curso lectivo y recolectores de basura nos libran de otras plagas.
Agricultores, cajeros, cocineros, bodegueros, operarios, choferes, misceláneos y repartidores de comida a domicilio sostienen nuestro sistema de abastecimiento de alimentos.
Gobernantes y diputados están en la misma sintonía para ofrecerles un salvavidas temporal a miles de familias afectadas por el desempleo o por el recorte de la jornada laboral y de sus salarios.
Empresarios y banqueros han buscado maneras de ayudar a sus empleados y a los deudores a sobrellevar estos meses tan duros para el bolsillo.
Promotores de campañas masivas para recaudar donaciones y personajes de barrios y pueblos buscan ayuda para el vecino más necesitado.
Líderes positivos de opinión y periodistas libran una batalla sin cuartel contra la desinformación y las noticias falsas para mantener informada de la mejor manera a la población.
Dicen que las crisis sacan lo peor y lo mejor de la gente. Yo confío en que, en la hora decisiva, muchos héroes más surgirán en Costa Rica para superar esta durísima prueba. Esa es mi esperanza.
rmatute@nacion.com
El autor es jefe de Información de La Nación.