En un reino muy muy cercano, el rey y su consejo de sabios no se explicaban por qué los impuestos no alcanzaban para cubrir los gastos de la corte. Buscando entre sus voluminosos registros, el tesorero real se encontró con muchas facturas que despertaron ciertas sospechas e hipótesis.
Resulta que la condesa que administraba uno de los puertos reales en el Caribe gastó una fortuna para comprar dos grúas pórticas que se utilizaron muy poco. El dinero tomado para tal aventura provenía de un fondo previsto para liquidar a los muelleros reales, ante la anunciada apertura de un megapuerto.
En otro revelador documento, constaba que el duque de La Sabana se empecinó en comprar una empresa de cable que afrontaba serios problemas financieros. Las notas en manos del tesorero real reseñaban que este noble señor ignoró muchas advertencias y zarandeó las arcas reales para salvar a una compañía que al final debió cerrar.
No es la primera vez que el duque, quien suele manejar sus asuntos lejos de la corte, sufre un costoso traspié debido a sus malos cálculos aritméticos.
También apareció un viejo pergamino que registraba los planos de una carretera que el maestro constructor pretendía abrir en la zona norte. Se trata de un camino soñado hace más de 40 años por los pobladores de la región, pero, luego de 13 años de trabajos y de muchísimo dinero, alcanzó solo un 60 % de avance.
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Cerca de allí, una trocha fronteriza abandonada a su suerte también es testigo del despilfarro y del mal uso de los dineros pagador por el pueblo al recaudador real.
Otra factura muestra el millonario importe adicional que debió pagar el reino para corregir una pifia de 80 metros en la construcción de una ruta al nuevo megapuerto.
Cuantos más y más papeles sacaba el tesorero real de su baúl, más desencajada se tornaba la expresión del rey y de su consejo de sabios. Al final, el soberano preguntó con ira: “¿Quién pagará por el desperdicio, los abusos y las malas decisiones tomadas con los dineros del reino?”. Todos se volvieron a ver en silencio... Como sabían que en esa comarca los escándalos no duran más de tres días, prefirieron callar y esperar a que al soberano le pasara la rabieta.
Twitter: @RonaldMatute
Ronald Matute es jefe de Información de La Nación.