Eso de perder la vida por infinitas gotas invisibles es como la síntesis de la poca atención que hemos puesto en los detalles de nuestro existir, un rocío estelar que nos transporta delicadamente en un viaje que muy pocos entienden el principio y final.
En este camino ganamos y perdemos emoción y razón de ser humanos. Amores, tristezas, dolores, alegrías... todas esencias de la existencia ahora encerradas en un virus que vino a darnos muerte y conciencia.
Gustavo Halsband, San José
Trabajadores en regla
Jacques Sagot, en su artículo publicado el 9 de julio, respecto a lo que él asegura son condiciones de esclavitud impuestas por compañías costarricenses a recolectores de cosechas nicaragüenses, debería saber que el Ministerio de Trabajo está vigilante de que esas personas sean tratadas por sus empleadores según la ley.
Asimismo, si un extranjero prefiere vivir aquí porque este es un país estructurado y confiable, debe traer los documentos que lo acreditan en su lugar de origen, presentarlos ante nuestras autoridades para que ellas emitan otros válidos en Costa Rica. Toda persona que viaja a una nación extranjera debe tener los documentos en regla.
Nury Ferrer Schlager, Heredia
Restricción vehicular
El empleado subordinado a una empresa tiene establecido un procedimiento para circular con su vehículo; en caso contrario, la restricción vehicular margina y discrimina al trabajador independiente que labora a domicilio como el mecánico automotriz, el técnico de refrigeración y aire acondicionado, el médico o el terapeuta, etc.
No hay un protocolo conocido para estos trabajadores, pequeños motores de la economía.
William Rivas Rojas, San José
Problema viejo
El enorme y grave problema de las cuarterías y sus consecuencias en la transmisión del virus puso en evidencia el típico e irresponsable hábito de algunos costarricenses de evitarse problemas pasándoselo a los demás.
En una entrevista con canal 7, el responsable directo en la Municipalidad de San José de cerrar esos inmuebles reconoció sin sonrojarse que sabía desde hace diez años esas situaciones; sin embargo, no se llevó a cabo acción ni hubo coordinación alguna de su parte ni de la Municipalidad y su alcalde con el Ministerio de Salud para cerrarlas.
Mientras el ayuntamiento josefino destina gran cantidad de sus policías a entregar partes en parqueos y quitar placas, otros miran a la izquierda para no cumplir sus deberes.
Fernando Moya Morux, Montes de Oca
Más mujeres
Es curioso, pero nadie ha comentado que esta administración del Partido Acción Ciudadana (PAC) está conformada en gran parte por mujeres en ministerios e instituciones.
Las mujeres no obtuvieron paridad, sino que son mayoría. Han hecho un buen trabajo, en algunos casos excepcional; no es necesario dar nombres, todos sabemos quiénes son.
Creo que este es un buen auspicio y los gobiernos venideros seguirán ese camino. No hay duda de que las mujeres mejoran la política. Estamos en el mismo barco, en busca de un buen futuro para todos. Algunas han enfrentado el partido sin temor para defender la institucionalidad.
Leslie Anderson Beer, Moravia
Americanismo
En Costa Rica utilizamos con mucha frecuencia la palabra dizque con el sentido de “con la excusa o el pretexto”, “al parecer”, “presuntamente”.
En español internacional, tenemos la locución adverbial so color (con o bajo pretexto) y también la locución preposicional so capa de o socapa de (con el pretexto o la apariencia de).
Como puede notar el lector, las citadas también llenan a cabalidad nuestro americanismo o costarriqueñismo dizque.
Rigoberto Guadamuz Monge, Desamparados
Regalo nacional
No entiendo por qué las universidades públicas exigen al pueblo costarricense que le regalen o donen millones al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES). Un regalo se acepta y agradece.
¿Por qué el pueblo debe financiar salarios inmorales, pensiones de lujo, viajes, cenas, banquetes, transporte, viajes, dedicaciones exclusivas y pluses, que en español se llaman extras, entre pocos de los muchos excesos que disfrutan las úes publicas.
Todas podrían ser autosuficientes, si se lo proponen. Todas tienen el potencial humano calificado y la infraestructura que ya el pueblo les ha regalado.
Es hora de demostrar que no fue en vano la gran inversión, y que devuelvan con creces lo mucho que se les está dado.
Marjorie González Gómez, San José