Guerra al plástico
Mientras el mundo ha declarado la guerra al venenoso plástico, aquí seguimos sin pasar una ley que limite, y hasta prohíba, su uso para empacar alimentos. Es inconcebible que el Ministerio de Salud permita la venta de colados y otros alimentos que bebés consumen directamente del envase.
Marjorie González, San José
Regulación costosa
Alguien se hará muy rico con la ley que obligará a los motociclistas a comprar guantes, botas, rodilleras y coderas. Si esa ley pasa, muchos tendrán que dejar de andar en moto, pues para dos pasajeros la inversión es de ¢600.000.
Luis Bermúdez Esquivel, Alajuelita
Río arriba
Los actores políticos, sobre la crisis fiscal que nos agobia, están buscando al ahogado río arriba. El origen del problema fiscal está en la impunidad, que es yerba mala en este país; los corruptos se bañan en agua de rosas porque saben que el Estado no tiene dolientes y aquí no pasa nada.
¿Cuántos colones ha recuperado el Estado de todo lo que se han robado por peculado, por cohecho o por concusión los burócratas ineptos e irresponsables que solo cobran la mesada? Cuando seamos respetuosos de la ley y de la ética pública, Costa Rica iniciará el camino al desarrollo.
Camilo Cifuentes Correa, San José
Revisión de empleos
La vicepresidenta y canciller, Epsy Campbell, contrató a una ahijada, caso que se supo por la prensa. Para contratarla debió tener un proceso de inscripción y el ente encargado tuvo que ver los antecedentes para saber si calificaba. ¿Qué hacen esos entes burocráticos? ¿Cuántos más de esos empleados hay? No estoy opuesto al plan fiscal, pero alguien tiene que actuar contra los despilfarros de dinero.
Oldemar Arias Salazar, Santo Domingo de Heredia
Pensiones diferentes
Me pregunto cómo hará el magistrado Fernando Cruz cuando se pensione con varios millones de colones porque a mí me cuesta mucho con los ¢115.000 que me da la Caja Costarricense de Seguro Social luego de laborar durante 25 años en el Banco de Costa Rica.
Rafael Faerron Aburto, San José
Mesura y patriotismo
La aprobación en primer debate de la reforma fiscal erosionó el ambiente. Aparecieron las luces, las sombras y los intereses de grupos. Esto nos ha desnudado como sociedad y de nuevo los pobres han tenido un papel preponderante. Qué ironía, el sufrimiento como escudo del poder y defensa de los odiosos privilegios que amamantan a algunos. Abogo por la mesura, la reflexión y el patriotismo de los magistrados de la Sala Constitucional.
Justo y necesario es reconocer en esta coyuntura la patriótica y valiente actitud de los 35 diputados que votaron el plan fiscal y no se amedrentaron ante la presión mediática. Hay que entrarle con la mayor brevedad a la reforma del Estado y a la reactivación económica. Igualmente, debe valorarse el proyecto de Ottón Solís, llamado CERRAR.
Halley Castro Ramírez, barrio México
Números bajos
Hace unos días, recién salida a la calle la lotería del gordo navideño, le pedí a un vendedor dos fracciones de número alto y dos de número bajo. Me cobró ¢2.000 por el pedacito de número alto y por el bajo, ¢2.200. Dijo que los números bajos son los que más se venden y hay que aprovechar. ¿Y la Junta?
Isidro Pardo Solórzano, San José
Calidad humana
Tuve el honor y la dicha de recibir clases de Fernando Cruz en un momento clave, pues estaba entrando en vigor el nuevo Código Procesal Penal. Paralelamente, atravesaba una situación personal muy difícil y fue una llamada alentadora de Cruz la que no me dejó reprobar la materia. Demostró así su gran calidad humana. Espero que su esencia no haya cambiado y siga siendo ese ser humano sensible y solidario con el que sufre y necesita una mano.
Michelle McCoy Garnier, San José
Créditos del IFAM
Diputados: en este momento de crisis que estamos viviendo, cuando no se pueden desperdiciar los recursos públicos y cada colón vale oro, les solicito investigar los préstamos que ha otorgado el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) a diferentes municipalidades. A una le prestaron $9 millones hace casi un año y ese dinero subejecutado está pagando intereses, los cuales recaen sobre los ciudadanos y encarecen el costo de vida.
Ana Rosa Roldán Porras, San José