Pago puntualmente un préstamo personal al Banco de Costa Rica (BCR). Sin embargo, el 20 de marzo me despidieron junto con 75 personas más, por lo cual el día siguiente escribí al chat del Facebook del BCR y me indicaron enviar un correo para explicar mi situación. Luego, el 28 de marzo llené un formulario en línea exponiendo nuevamente el problema.
No es de recibo que el BCR haya determinado estudiar caso por caso. ¿Cuánto tiempo les va a tomar? Otras entidades han dado una solución viable y prácticamente automática a sus clientes.
Necesito una solución debido a que el 8 de abril debo pagar la cuota.
María Padilla Umaña, Desamparados
Vecino preocupado
Estoy muy alarmado debido a la cantidad de desamparadeños afectados por la covid-19. Cada día se suman dos o tres personas a la lista y no se ha diseñado un plan específico para el cantón. Considero que una opción sería habilitar el salón comunal del Porvenir para hacer pruebas aleatorias, especialmente a adultos mayores.
Fernando Cordero Alvarado, Desamparados
Unir esfuerzos
Una vez superada la pandemia de la covid-19, la economía mundial mostrará las graves heridas del virus. Desgraciadamente, nuestra economía y la contratación pública se verán disminuidas.
Jorge Vargas Cullell ofreció aportar temporalmente parte de los ingresos que recibe como empleado del Estado. Es una actitud digna, solidaria e inteligente que ayuda a contribuir al esfuerzo para combatir la pandemia y sus efectos colaterales.
Existen otros grandes proveedores en el área de infraestructura y alquileres, por nombrar solamente algunos, que durante muchos años han vendido los servicios al Estado, con lo cual todos nos hemos beneficiado.
Al igual que Jorge Vargas, ojalá los empresarios que han colaborado en crear la Costa Rica de la que hoy nos enorgullecemos digan presente solidariamente de acuerdo con sus posibilidades y ayuden en un futuro cercano a que ni la economía ni la infraestructura pública se detengan y no sufran por las secuelas de la pandemia.
William Rivas Rojas, San José
Gran ejemplo
Me sumo entusiasta a la propuesta de Jorge Vargas Cullell en su magnífico artículo “Recorten mi salario durante la emergencia” (La Nación, 30/3/2020), a raíz de la crisis mundial conocida, la cual golpea inmisericordemente a países como el nuestro y sus sectores desposeídos.
Soy jubilado del Estado. Mi pensión es sumamente baja, pero estoy dispuesto a que se me rebaje durante la emergencia si, como bien explica Vargas, se procede proporcionalmente con quienes gozan de privilegios, algunos de ellos exorbitantes. Estoy de acuerdo no solo por la crisis que padecemos, sino en general.
Es tiempo de solidaridad, de hechos concretos más que palabras.
Roberto García Herrera, San José
Hace un mes
En el Hospital San Rafael de Alajuela, nos enteramos de que un apreciado compañero de trabajo se encontraba gravemente enfermo. Una tía suya, internada en el ese centro médico, sufría la misma enfermedad: covid-19.
Se desató la tormenta. Perplejos, emprendimos acciones para enfrentar al enemigo y protegernos nosotros, al país y a nuestras familias. Al principio, de manera errática. Poco a poco, encontramos la senda y acumulamos triunfos. Varios compañeros se han contagiado, otros ya están curados. El padre afectivo de una compañera falleció, sin la atención mediática que por su historial merecía. Hemos perdido dos pacientes.
Ahora, satisfechos, tenemos espacio para pacientes graves y moderados. Hemos aprendido a dar consultas telefónicas y telemedicina para que los enfermos crónicos no pierdan sus citas ni se queden sin tratamiento. Hemos aprendido a distribuir las labores y a trabajar en equipo. Hemos aprendido a dejar de lado el miedo individual para luchar por el bien común. Los colegas cuyo campo de trabajo no les permite ayudar en funciones clínicas colaboran estudiando y presentándonos información científica valiosa y seleccionada.
Desde la dirección y jefaturas hasta el empleado de aseo, desde el médico especialista, el farmacéutico o el microbiólogo hasta la persona que entrega correspondencia o reparte los alimentos, nos hemos unido para dar lo mejor por los enfermos. La CCSS y el Ministerio de Salud, así como las instituciones de emergencias y desastres, nos apoyan. Empresas locales nos obsequian alimentos y bebidas. Bomberos, policías y taxistas se han acercado al hospital para ovacionarnos. Y un país entero nos respalda con sus oraciones y bendiciones. Con ayuda de Dios, todos juntos saldremos adelante.
¡Que no se caiga el estandarte! ¡Que no se ensucie la bandera!
Roberto Guzmán Ovares, cardiólogo
Pedido a Scotiabank
Después de 10 días de haber devuelto un vehículo alquilado y dos cartas de la empresa enviadas a Servicio al Cliente de Scotiabank para liberar los fondos del depósito, todavía no he recibido mi dinero.
Claudio Ghirardi Vendramini, Poás
Pago urgente
Fui a Perimercados de Vargas Araya, en Montes de Oca, a pagar los servicios de celular, Internet y cable el 3 de abril y no había sistema. En esta crisis, un servicio público no espera. Se recurre a pagar a los supermercados por estar saturada la Internet.
Diana E. Aguilar Ramírez, ontes de Oca
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