La fundadora y directora de la Unidad de Cuidado Paliativo del Hospital Nacional de Niños, Lisbeth Quesada Tristán, reconoce que para llegar a más menores que necesitan de estos servicios se requiere ampliar la red de atención a otros centros hospitalarios de la CCSS.

La falta de un permiso especial para que los papás puedan cuidar a sus hijos con enfermedades graves, obliga, sobre todo a las mamás, a renunciar al empleo o a exponerse a un despido.

Unos 3.000 menores con enfermedades terminales y degenerativas que viven en zonas alejadas del país, carecen del todo o tienen dificultades para recibir cuidado paliativo pediátrico. Corren el riesgo de morir con dolor.