‘Tenemos el sueño de llegar a Estados Unidos porque allá hay mejor vida para nuestras familias’, asegura un hombre de 29 años, quien viaja con su esposa y su hija.
Tanto los países de origen como de destino, demandan un abordaje multinacional. Nunca ha resultado tan obvio, pero pocas veces han sido tan escasas las voluntades para emprenderlo.
Historias de África, Cuba, Haití y Brasil se entrecruzan en los pueblos fronterizos de Costa Rica, donde confluyen las vidas de miles de migrantes que han dejado todo atrás.