Unas 10 personas fueron asesinadas el viernes en un atentado contra una mezquita sunita de Kabul, luego de la oración.
Ola de violentos ataques con explosivos ha sacudido al país en las últimas dos semanas durante el mes sagrado del Ramadán dejando decenas de civiles muertos.
Decenas de personas se manifestaron el martes en Kabul para denunciar la suerte reservada a los refugiados afganos en Irán, tras la difusión en las redes sociales de videos mostrando a algunos de ellos siendo maltratados supuestamente por iraníes.
Los talibanes, que tomaron el poder en agosto y aspiran a un reconocimiento internacional, cerraron las escuelas de niñas esta semana apenas horas después de reabrirlas tras siete meses de clausura.
Con paso rápido y cabeza baja para no llamar la atención, algunas mujeres entran con prudencia una tras otra en un pequeño apartamento en Kabul. Aun poniendo en riesgo sus vidas, desde allí erigen una incipiente resistencia a los talibanes.
Funcionarios talibanes viajarán a Noruega del 23 al 25 de enero para celebrar reuniones centradas en la crítica situación humanitaria y de derechos humanos en Afganistán, en su primera visita conocida a Occidente desde que volvieron al poder.
Las autoridades no han permitido a muchas mujeres retomar su trabajo en la administración pública y, en algunos casos, las niñas son rechazadas en las escuelas.
Sohail Ahmadi, entregado a un soldado extranjero, había desaparecido el 19 de agosto en el caos de la evacuación de Kabul, Afganistán.
Desde su llegada al poder en agosto, los talibanes impusieron diversas restricciones a las mujeres y niñas, a pesar de las promesas iniciales de que su régimen sería menos estricto que el primero.
Responsables atacaron vehículo que transportaba a empleado de ONG estadounidense y su familia al creer que iba lleno de explosivos.