Dos historias acerca del concubinato creativo entre cómic y cine: una sobre cómo se salvó un proyecto del italiano Federico Fellini y otra acerca del cómic de Frank Miller al servicio de la gran pantalla
1954, una película italiano se robó la admiración del mundo. Era <em>La Strada</em> , obra dramática que ganó un Óscar a mejor película extranjera y que mañana sábado engalanará la pantalla del cine Magaly.
Jamás hubo cine sin música: aun en la época de las películas mudas, un pianista solía acompañar –mimetizando sonoramente– la acción del cinematógrafo. Hoy en día, las películas de Chaplin son a menudo presentadas de conformidad con esta tradición: el pianista improvisa <em>in situ</em> , “ilustra”, “comenta” musicalmente lo que vemos en la pantalla: bella experiencia.