Díaz, de 34 años, se instaló en una casa en el centro de la comunidad caribeña y ya con trabajo le pidió a Gago que le cocinara el desayuno, almuerzo y cena todos los días, a cambio de dinero.
Díaz, de 34 años, se instaló en una casa en el centro de la comunidad caribeña y ya con trabajo le pidió a Gago que le cocinara el desayuno, almuerzo y cena todos los días, a cambio de dinero.