Es común que en los dos o tres primeros meses de cada año los gimnasios estén más llenos de lo normal y los nutricionistas reciban a nuevos pacientes.
Bajar de peso, cambiar los hábitos de alimentación o empezar a hacer deporte de manera regular son algunas de las metas más comunes de año nuevo. Pero conforme pasan las semanas y los meses ese gran número que empezó super motivado, baja sustancialmente y se olvida de la dieta y de las metas.
Adrián Romero, nutricionista de Nutrición y Movimiento, tiene varias ideas sobre por qué los procesos no se cumplen. En esta entrevista nos explica lo que debemos y no debemos hacer para lograr lo que queremos.
Para empezar, Romero recomienda trabajar siempre “sobre la disciplina, y no motivación”.
“El día que amanezcas sin ganas de entrenar o hacer dieta, ya has repetido tantas veces el patrón que no será tan fácil que te salgas de él”, explica.
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Para llegar a ese punto de repetir y repetir una acción, hasta que se convierta en un hábito, es necesario decidir qué tipo de dietas podemos hacer, qué tipo de cosas nos gustan y cómo podemos empezar.
“Cuidarse en la alimentación es un reto, decir no a ciertas cosas que querés comer, es un reto también. Hay gente que aterriza en enero y dice ‘me voy a quitar los carbos porque escuché que la dieta cetogénica es lo máximo’. Y yo le pregunto a la persona, ‘¿y a usted le gustan los carbos?’ y me dice ‘son mi vida, me fascinan, son mi pasión’. Entonces no haga una dieta cetogénica, porque ¿para qué va a ponerse las cosas más difíciles de lo que ya son?”.