María Torres trabaja todos los días de la semana en un tramo ubicado en las cercanías del Mercado Municipal de Cartago.
Hasta hace un año era ama de casa, pero la situación económica de su familia la obligó a buscar empleo para contribuir al hogar.
Torres afirma que acudió a varias empresas, pero que no le dieron oportunidad y por ello tomó la decisión de trabajar en la calle.
Finalmente, encontró empleo en un puesto que se dedica a la venta de artículos de lana, cuero, gorros, billeteras, fajas y estuches.
A pesar de que pasa todo el día a la intemperie y a que casi no tiene tiempo para sentarse a descansar, la mujer asegura que ama lo que hace.
“Toqué muchas puertas, pero no conseguí trabajo porque a las mayores de 40 años no nos dan. Tuve la oportunidad de ayudarle al dueño de este tramo", comenta.
Al igual que María, unas 20.000 personas encontraron trabajo en la calle durante el último año. Esa población creció un 16% en comparación con el periodo anterior.
La mitad de los nuevos puestos fueron creados por las propias personas que, ante la necesidad de generar ingresos, comenzaron algún negocio informal.
Muchos trabajan como vendedores ambulantes, mensajeros, choferes, o inclusive, como repartidores de plataformas digitales como Uber Eats o Glovo.
En la calle, estas personas están expuestas a mayores riesgos en comparación con quienes ejercen sus labores en locales establecidos.
FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSOS. || c. f. / LA NACIÓN.
Repunte
La población que se gana el sustento en la calle mostró una tendencia a la baja en los últimos años, pero tuvo un repunte importante en el 2019.
Actualmente, en Costa Rica hay 274.000 personas que trabajan en la calle, lo cual significa 20.000 más que el año anterior.
Este grupo laboral registró su pico más alto en el 2014, cuando 322.600 personas se ganaban su sustento diario a la intemperie.
Durante los últimos cinco años, hubo un incremento de puestos informales, así como una disminución de los empleos formales y con patrono.
“Los dependientes son los asalariados que andan en la calle, es decir, puede ser que alguien les dé mercancías para ir a vender. Los independientes son los que trabajan por cuenta propia, de los informales algunos tienen seguro por beneficio de un familiar, por ejemplo”, explicó María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo.
De 2014 al presente año, los patronos dejaron de ofrecer 44.000 puestos de trabajo de calle. Ahora casi la mitad de las personas con empleos a la intemperie trabajan por cuenta propia, dependiendo de los ingresos que puedan generar durante el día.
Walter Arquín ha trabajado en la calle con patrono y también por cuenta propia. Fue despedido hace tres años de un puesto de verduras.
A sus 45 años salió a buscar empleo y no encontró, por lo que hace poco más de un año decidió empezar a vender fruta picada.
Todos los días se levanta a las 4 a. m. para llenar recipientes con mango, papaya, kiwi, piña, uva, yogurt y granola.
“Tuve que poner mi negocito de venta de vasitos de frutas. Ya tengo varios clientes; entre mi familia y yo alistamos los 60 vasitos que vendemos diariamente”, afirma.
Colaboró la corresponsal Keyna Calderón