En promedio, seis personas al día fueron remitidas la Fiscalía por conducir en estado de ebriedad en el 2019.
Según el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), 2.138 choferes enfrentaron procesos penales por superar los límites en la prueba de alcoholemia. Esto representa 72 casos más que en el 2018, un aumento del 3,5%.
“Podríamos considerar positivo que sacamos de las carreteras a más conductores en aparente estado de ebriedad, pero también significa que, posiblemente, más conductores están conduciendo en ese estado y lo prueba el hecho de que murieron más personas en el 2019 por esta posible causa”, declaró el director de la Policía de Tránsito, German Marín.
Marín mencionó que las fatalidades provocadas por choferes ebrios llevan tres años en aumento.
En el 2017 se registraron 21 muertos, en el 2018 fueron 22, y el año anterior la cifra subió a 30.
“Bajo este panorama, debemos analizar nuestras estrategias que no solo permitan sacar más conductores de las calles, bajo los efectos del alcohol, sino que ocurran menos decesos, en este 2020”, indicó el director policial.
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Por otro lado, en el 2019 hubo un 12% de pruebas de alcoholemia positivas, un 4% menos que las reportadas en el 2018.
El año pasado se aplicaron 17.545 pruebas, de las cuales 296 dieron positivo, pero el nivel de alcohol en su organismo era tan bajo que no implicó sanción.
A otros 345 choferes se les impuso una multa de ¢318.950,69 y acumularon seis puntos en su licencia, lo que los obligó a realizar un curso de reeducación vial para renovar el documento de conducir.
Los restantes 2.138 fueron remitidos al Ministerio Público porque superaban el límite máximo para imponer una multa administrativa.
Para este 2020 la multa por conducir en estado de ebriedad subió a ¢326.071.
Esta infracción, incluida en la categoría A de la Ley de Tránsito, impone sanciones a los conductores particulares que tengan entre 0,50 y 0,75 gramos de alcohol por cada litro de sangre, o entre 0,25 y 0,38 miligramos en aire espirado.
Asimismo, la multa aplica para choferes profesionales y novatos cuyos niveles de alcohol oscilen entre los 0,20 y 0,50 gramos por cada litro de sangre, o sean superiores a 0,10 y hasta 0,25 miligramos en aire espirado.
Las personas que superan los límites antes mencionados enfrentan un proceso penal.