El casco central de San José crece entre gigantes inmobiliarios que son casa para una mayoría de solteros, pensionados y familias de clase media alta y alta.
Bajo el concepto de una ciudad densa y compacta, San José empezó a transformarse desde hace siete años, cuando el boom inmobiliario abrió las puertas a las torres de condominios, mediante el Programa de Regeneración y Repoblamiento de la capital.
Con el plan sobre la mesa, el municipio del cantón Central empezó a conceder incentivos para motivar la inversión en la zona. Estos son: la exoneración en el pago de impuestos de construcción y permisos para aumentar el área hacia arriba.
Los largos brazos de las grúas han levantado edificios de hasta 97 metros de altura, como Torres Paseo Colón, que atrapan inquilinos con un capital mínimo de $155.000 (¢77,7 millones), quienes decidieron invertir en el lujo de vivir en el corazón josefino.
Además de su inversión en la compra del apartamento, también deben cancelar una cuota de mantenimiento, que se paga por mes, por concepto de seguridad, aseo y uso de las áreas verdes.
Más caro. La Cámara de Corredores de Bienes Raíces reitera que San José se convertirá en un lugar de vivienda para los sectores con mayor poder adquisitivo, en los próximos 15 años.
“La concentración de todos los servicios que se requieren ya está y solo falta el ingrediente de la oferta de inmuebles con el lujo, la seguridad y las comodidades que exige el comprador”, explicó la presidenta de la Cámara de Bienes Raíces, Aleyda Bonilla.
Por ejemplo, el distrito de Mata Redonda (en La Sabana) es uno de los más caros, donde el precio del metro cuadrado de construcción ronda los $2.300. En cambio, en San Joaquín de Flores, Heredia, el precio es de $1.300 y en Tres Ríos de La Unión sube a $1.800.
El precio del metro de construcción varía según la cercanía con centros de población, comercios y carreteras.