La creación de un sistema de monitoreo con boyas y un mecanismo para levantar información de campo con satélites son actividades que se analizan como parte del proyecto del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para utilizar la energía del viento que se produce en alta mar.
Este viernes, el Instituto dio a conocer, mediante un comunicado, que comenzará estudios con ese propósito, en conjunto con la empresa Offshore Wind Consultants (OWC), con la cual sostuvo reuniones este mes.
Ambos trabajan en el Plan de Implementación, elaboración de términos de referencia y cronograma, en el que están incluidos el monitoreo con boyas y la búsqueda de información. Otra de las actividades del cronograma es la revisión de datos para planear infraestructura marina y costera, específicamente, en el Pacífico norte.
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“El estudio permitirá conocer con certeza el potencial del país para el desarrollo futuro de nuevas tecnologías de generación renovable, incluyendo todas las dimensiones, desde la técnica hasta la socioambiental”, explicó Roberto Quirós, gerente de Electricidad del Instituto.
Entretanto, según el comunicado, Juan Frías, consultor y coordinador del plan por parte de la empresa, manifestó que esta primera visita permitió tener un panorama más amplio de la investigación.
“De esta forma, podremos determinar el potencial del país para la implementación de esta tecnología renovable”, dijo.
En las reuniones, aparte del Instituto, estuvieron representantes del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), las universidades Nacional y de Costa Rica, además del Instituto de Puertos del Pacífico (Incop) y la Federación de Pesca Deportiva (Fecop).
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Potencial de la zona
Análisis realizados por el ICE señalan, inicialmente, que el Pacífico norte de Costa Rica registra un potencial teórico inicial de 14 gigavatios, disponible en una banda de oportunidad que corre al sur de bahía Salinas y al norte de punta Descartes.
De confirmarse, la energía eólica marina podría convertirse en otra fuente para la matriz eléctrica, que ya se alimenta de otras cinco fuentes limpias: hídrica, eólica (en tierra), solar, geotermia y biomasa.
Para este proyecto, dijo el ICE, se tiene la cooperación no reembolsable del Gobierno de Corea del Sur, a través del Fondo Fiduciario de Donante Único de Korean Trust Fund (KTF), así como del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).