Un celular sucio tiene diez veces más bacterias que la tapa del inodoro en donde usted y otros hacen sus necesidades varias veces al día.
Estos aparatos son vectores o transmisores potenciales de muchas enfermedades, incluida la covid-19, si no se desinfectan correcta y periódicamente.
Pero, ¿tienen incorporado este hábito las personas?
Como parte del estudio titulado Percepción de Riesgo y Comportamiento Humano en el contexto de la pandemia del Coronavirus, que desde el año pasado la Universidad Estatal a Distancia y la Universidad de Konstanz, en Alemania, se exploró el comportamiento de 2.262 costarricenses frente a siete medidas que previenen la transmisión del virus, incluida la desinfección del celular.
Este estudio midió el comportamiento de ese grupo poblacional durante diez puntos a lo largo de nueve meses (de abril del 2020 a enero del 2021), y esto fue lo que encontró cuando se le preguntó a las personas sobre la desinfección de su celular.
LEA MÁS: Nuevo coronavirus en Costa Rica: ¿Cómo limpiar y desinfectar el celular?
Benicio Gutiérrez Doña, investigador en ese estudio y catedrático de la UNED, informó de que las mujeres de todos los grupos de edad muestran una mayor frecuencia en la desinfección de su teléfono celular en comparación con los hombres entre el 13 de abril del 2020 y el 30 de enero del 2021.
Aclaró, eso sí, que ese comportamiento es oscilatorio, “con períodos de adopción y abandono de la conducta precautoria”.
“Tanto en mujeres como en hombres, el grupo de 18 a 29 años fue el que menos desinfectó su teléfono celular, en especial los hombres más jóvenes.
“Los hombres y mujeres de 50 años o más también presentan un comportamiento oscilatorio y variable a través del tiempo con ciclos de aumento y ciclos de disminución en la frecuencia de desinfección de su teléfono celular”, informó Gutiérrez.
LEA MÁS: (Video) Uxers: ¿Sabe cómo debe limpiar su smartphone?
Entre abril y enero, las personas entre 18 y 49 años han mostrado un comportamiento hacia la baja en el hábito de limpiar su celular.
No obstante, apunta Gutiérrez, se percibe un repunte a finales de enero en mujeres de 30 o más años y en hombres entre 18 y 29 años.
El investigador supone que, en esta y en otras prácticas, se podría estar frente “a un momento de adopción”.
Sin embargo, advierte, esa conducta oscilatoria, de adopción en unos momentos y abandono en otros, es peligrosa y debe ser tomada en cuenta por las autoridades de Salud para reforzar los mensajes preventivos.
Esto se debe hacer no solo con esa práctica, sino con otras fundamentales para evitar una mayor diseminación del SARS-CoV-2, como el lavado de manos, el uso de mascarilla o el distanciamiento físico.