El martes 4 de febrero anterior, Glenn Lazo Camacho por fin recibió su anhelado trasplante de riñón.
Aguardó por él seis años, desde el día en que un médico lo engañó al decirle que lo había incluido en la lista de espera para estas cirugías, aunque no fue así. Nunca lo apuntó.
Su historia la hizo público La Nación el 20 de febrero del 2019, como parte de una serie de reportajes sobre la crisis en el programa de trasplantes de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La situación de Glenn se unió a una seguidilla de eventos que desembocaron, en octubre, con una orden sanitaria del Ministerio de Salud emitida contra la CCSS para que la institución pusiera en orden el desperdicio de órganos, a fin de evitar el fallecimiento de pacientes en espera de cirugía.
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La vocera de la Fundación de Nefrología, Sandra Chanto, confirmó la realización del procedimiento, que se hizo con un órgano de donador cadavérico a este vecino de Curridabat, San José, de 48 años.
Actualmente, Lazo evoluciona muy bien contra todo pronóstico inicial porque la larga espera complicó su estado de salud. Él requirió una cirugía de corazón para corregir un aneurisma, antes de ser sometido al trasplante.
"Después de esa operación, que salió bien, adquirió una bacteria; estuvo en coma y despertó a los días. De ahí en adelante, mejoró mucho hasta que pedimos vistos buenos médicos para continuar con el proceso hacia el trasplante.
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“En diciembre, se hizo una carta a Gerencia (Médica) donde explicamos que Glenn ya cumplía seis años en espera y, si no había trasplante, moriría. El nuevo coordinador (José Pablo Garbanzo, de la CCSS) tomó este caso y el de otro paciente; se reunió con los médicos y el resultado fue un trasplante de donador cadavérico”, informó Chanto.
La Fundación informó de que Lazo se encuentra bien de salud, recuperándose en su casa, en Curridabat. “Hemos llorado de la alegría porque, contra todo pronóstico, Glenn está vivo”, agregó Chanto.
Según esta Fundación, las cosas se están moviendo más en el área de trasplantes de riñón.
“En diciembre, también comuniqué a la Gerencia sobre la urgencia de varios casos. Intervino el nuevo coordinador, quien revisó expedientes con los médicos y fue al Ministerio de Salud. Al fin, se están trasplantando pacientes que, como Glenn, tenían cuatro y cinco años de espera”, dijo Sandra Chanto.
Según la vocera, en enero llevan 15 trasplantes y no se han desperdiciado riñones, como se registró en el 2018 y 2019. “Esto nos da esperanza de que esas listas de espera bajen”, agregó.
A la expectativa
El caso de Lazo Camacho confirmó el desorden existente en el manejo de la lista de candidatos a trasplante.
Estas listas, a cargo de la Secretaría de Donación y Trasplante de Órganos y Tejido, del Ministerio de Salud, se elaboran a partir de registros que los médicos responsables hacen en cada hospital autorizado a realizar trasplantes renales.
Organizaciones de enfermos y sus familias han denunciando que nadie lleva control ni se realizan auditorías sobre la forma en que se ingresan enfermos en esos registros.
En un oficio del 30 de enero, dirigido a la Caja y el Ministerio de Salud, entre otras entidades, los pacientes, principalmente quienes están en espera de hígado, exigen cambiar el Plan de Fortalecimiento del Programa Institucional de Donación y Trasplante de Tejidos, Órganos y Células, aprobado por la Junta Directiva el 7 de noviembre.
“Aún hay órganos desperdiciados para trasplantes, muertes en lista de espera, escasez de órganos y en lo que respecta a hígado, en todos los hospitales de la CCSS, el 50% o más de los pacientes trasplantados no vive más de un año”, mencionó Rosibel Arrieta Alvarado, presidenta de la Fundación Vida Nueva Donación y Trasplante, que reúne a enfermos en espera de hígado.
"Las cosas no son mágicas, tenemos que cumplir normativa, leyes, procedimientos”, afirmó en un boletín de la CCSS, José Pablo Garbanzo, quien asumió la coordinación de trasplantes desde noviembre, cuando la institución aceptó la renuncia del anterior coordinador, Marvin Agüero.
“Todos queremos resultados rápidos y eso no es real (...). Se pueden hacer las cosas más urgentes, pero es un riesgo querer correr ya que puede que no se hagan bien las cosas”, añadió el cirujano especialista en trasplantes de hígado.