Bernardo Alfaro, jerarca de la Superintendencia General Entidades Financieras (Sugef), recomendó a los diputados avanzar con prudencia y cautela en la imposición de un techo a las tasas de interés, con el fin de poder castigar la usura.
En conversación con La Nación, el superintendente explicó que la regulación limitará los financiamientos de tarjetas de crédito y los microcréditos. Los bancos seguirían prestando mediante tarjetas, pero solo a clientes muy selectos, dice.
Por otra parte, Alfaro no prevé que, para compensar el techo a ese tipo de créditos, las entidades financieras suban las tasas a otros créditos como los de vivienda, pues cree que el mercado bancario costarricense es muy competitivo.
-¿Cuáles son los tipos de créditos que están por encima de un 40% o del 45%, o que se verían limitados con un techo a las tasas de interés del 30% como está contemplado actualmente en el proyecto de ley?
-Se trata obviamente de los créditos que tienen una prima de riesgo más alta. Esos son consumo, tarjeta de crédito, sobre todo lo que se llaman créditos de menudeo en casas comerciales y microcréditos.
“En el caso de microcréditos, no es tanto el tema de la prima de riesgo; ahí más bien, es un tema de costo de administración porque son carteras muy costosas de administrar, pero sí, esos son los que están más cerca de cualquier límite de tasa de usura que se pueda imponer”.
-¿Fue por esa característica del microcrédito que la fórmula de Sugef para ese producto arrojó un resultado del 61%?
- Sí, pero ahí yo sí aclaro, dejo muy claro en el documento que eso no tiene validez estadística. Lo dejo muy muy claro porque únicamente tengo dos referencias y eso estadísticamente no es representativo.
“Ahí, simplemente, lo que quise advertir es que hay el riesgo de que estemos dejando por fuera entidades importantes especializadas en microcrédito porque usan tasas muy altas para cubrir ese costo operativo, pero en el documento yo dejo muy claro que, al ser datos de solo dos entidades, no tienen validez estadísticas”.
-¿Qué porcentaje tienen actualmente esos sectores que tienen altas tasas de interés como tarjetas, consumo, microcrédito y casas comerciales?
-En microcrédito, no tengo el dato para Costa Rica, pero tengo el dato para 54 entidades entidades de microcrédito en toda Latinoamérica. El promedio del año pasado fue del 81%, pero estoy hablando de toda Latinoamérica. Eso es calculado por una empresa que se llama Microreits, que es la que procesa estadísticas. Ese es un dato que anda por ahí, pero yo no tengo la tasa promedio de todas las entidades dedicadas a los microcréditos.
-¿Si se cobra una tasa que excluya a esos sectores mencionados, esto tendría un efecto hacia la alza en las tasas más bajas que cobran las entidades? ¿Vivienda, por ejemplo?
-¿Usted dice para compensar? Esa fue una advertencia que me hizo la superintendencia de Colombia. Que había que tener también el cuidado de que, al dejarse una tasa de usura, más bien no se propiciara que hubiera producto en que las entidades más bien se acercaran a esa tasa, pero eso depende de qué tan competitivo es el sistema.
"La ventaja que tenemos en Costa Rica es que los niveles de competitividad del sistema financiero es el tercero más competitivo de Latinoamérica. Los márgenes de intermediación en Costa Rica, tanto en colones como en dólares, han bajado muchísimo en los últimos 10, 15 años, lo cual muestra de que es un sistema muy competitivo.
Entonces, cuando la superintendencia de Colombia me advirtió de ese riesgo, yo lo que les decía, ‘bueno, yo veo eso muy poco probable porque en Costa Rica el sistema financiero es bastante competido’. No es así que antes voy a subir la tasa y capturo clientes. No, no, porque hay mucha competencia".
-¿Cómo harían los bancos si se establece una tasa del 30% en colones, como lo establece actualmente el proyecto de ley? ¿No podrán prestar en tarjetas?
-Sí podrían prestar en tarjetas, pero solo a clientes muy selectos.
-¿A tasas bajas?
-Exactamente. A clientes muy selectos con una capacidad de pago altísima. Entonces, ahí el riesgo es muy bajo y podrían prestar abajo del 30%, pero no le van a prestar a gente que ellos consideren que es más riesgosa y que habría que cobrar una tasa más alta, pero no podrían exceder esa tasa (de usura), verdad.
-En su opinión, ¿se descarta, entonces, que los créditos a tasas bajas puedan subir?
-No lo puedo descartar porque es un riesgo que existe y de hecho me lo advirtieron los colombianos, pero a mí me parece que el nivel de competencia en Costa Rica es suficiente para que eso no ocurra.
-¿En Colombia ese riesgo ocurrió?
-No, no, no. Es que ellos tienen tasa de usura desde hace muchas décadas. Ya tienen un sistema habituado a eso. Las entidades en general, al parecer, se ubican en un nivel bastante alejado de la tasa de usura.
-Los impulsores del proyecto han puesto los ejemplos de Chile y Colombia, donde hay tasas de usura. ¿Estas economía pueden servir de referencias para fijar una tasa, partiendo de que las economías son diferentes, los tipos de moneda tienen diferente solidez o no, las distorsiones del mercado o los niveles de formalidad del empleo?.
-Yo creo que es importante siempre estudiar las experiencias de los otros países. Son insumos valiosos que vale la pena considerar y analizar. Siempre se puede aprender de las experiencias de los demás.
¿Usted conoce la experiencia particular de esos países al momento de que fijaron una tasa de usura?
- Más en Colombia porque como Colombia es parte del consejo de supervisores de bancos de la región, que incluye Centroamérica y también Colombia, entonces, con ellos converso más del tema. Sí, ellos tienen ya muchos años de fijar. Ellos usan un multiplicador de la tasa activa promedio del sistema. Lo que pasa es que los colombianos, en el tema de tasa de usura, es algo que ya, como dicen ellos, ‘ya los llevamos en la sangre porque ya llevamos mucho tiempo'.
“Digamos que ellos ya tienen mucha ventaja. En nosotros (Costa Rica) hay una propuesta de implantarlo por primera vez y me parece que los primeros pasos que se den son muy importantes, porque es empezar a crear esa cultura y empezar a imponer esos límites. En eso no hemos tenido experiencia previa todavía. Es algo a lo que, si se va avanzar en esa dirección, hay que avanzar con mucha prudencia y mucha cautela”.
-¿El microcrédito debe estar fuera de una tasa general de usura?
-Los colombianos lo tienen fuera. Los colombianos tienen una tasa de usura para microcrédito y otra distinta para las demás actividades. Cuando yo les pregunto, me dicen ‘sí, precisamente por la estructuras de costos’. Ellos ocupan moverse en niveles de tasas mucho más elevados, para que se vea que es importante aprender de esa experiencia.
El ajuste de la fórmula propuesta a los diputados
-¿Cómo se puede explicar la depuración del cálculo de algunos indicadores de la fórmula propuesta por la Sugef para fijar la tasa de usura? ¿Qué fue lo que llevó a Sugef a mover el resultado inicial ubicado por encima de 43% a un poco más del 45%.
-Subió un poquito porque lo que hicimos fue depurar el cálculo del costo financiero, uno de los componentes importantes de la metodología que tiene varios componentes: costo financiero, costo administrativo, prima por riesgo...
"Bueno, uno de esos componentes es el costo financiero. Lo habíamos establecido como un costo financiero con captaciones de muy corto plazo que se renovaban. Entonces, lo que hicimos fue introducir el concepto de madurez de los portafolios y tomar en cuenta cuánto de las carteras de consumo y de tarjeta están a tasa variable, y cuánto porcentaje está a tasa fija y ver, además, la duración de ese portafolio.
Es decir, cuál es la madurez, la vida de esos portafolios medida en el tiempo y eso nos dio mucho más claridad sobre cuál es el plazo de captación al que deberíamos de computar los costos financieros. Eso fue lo que se depuró, se mejoró, se le hizo una mejora a la misma metodología, pero bueno, el resultado fue que subió un poquitito la tasa y eso molestó a algunos diputados, pero en realidad es la misma metodología. Nada más que le dimos más robustez al cálculo del costo financiero".
-¿Qué elementos tenía ese cálculo del costo financiero anteriormente que en ese momento resultó en una tasa más baja?
-Yo suponía que, con solo captaciones a seis meses, las entidades iban a poder sostener los créditos de consumo y de tarjeta a lo largo de toda su vida, pero nos dimos cuenta que, en realidad, la madurez de esas carteras es bastante más larga de lo que yo pensaba en un inicio. O sea, se ocupan captaciones de mayor plazo. Claro, al usar costos financieros a un mayor plazo, entonces subió.
-¿A qué plazo, más o menos, se está calculando el costo financiero?
-Ahora estamos usando 24 meses.
-El resultado no gustó a los diputados. Hay un cuestionamiento de algunos de ellos en el sentido de que se están usando porcentajes elevados en el riesgo de pérdidas, calculada con datos de instituciones que probablemente, dicen, son ineficientes y que se estaría premiando la ineficiencia de esas instituciones. ¿Nos puede volver a explicar por qué se usan porcentajes de mayor riesgo para calcular un límite a las tasas de interés?
-En realidad, nosotros no escogimos entidades eficientes o ineficientes. Escogimos a las que tienen mayor peso en los créditos de consumo y de tarjeta de crédito.
"Ahora, ¿por qué usamos consumo y tarjeta de créditos? Bueno, porque ahí están las primas de riesgo más altas y, claro, lo que está detrás de todo esto es el supuesto de que lo que se quiere con este ejercicio, lo que se quiere con la promulgación de esta ley es determinar una tasa que es prácticamente delictiva.
Es decir, quien irrespete a una tasa superior a esta va tener consecuencias penales. En otras palabras, todo lo que esté por encima de esta tasa conduce a consecuencias muy serias de tipo legal para todos los prestamistas que no la respeten.
Entonces, uno no puede trabajar con promedios. Uno tiene que trabajar con niveles altos de tasa porque, de lo contrario, estaríamos poniendo en aprietos a la mitad del sistema financiero si trabajáramos, digamos, con promedio. Por eso trabajamos con percentiles altos".
-¿Para afinar el cálculo de costos financieros siempre se usaron datos de las mismas 12 instituciones analizadas anteriormente?
-Las mismas doce, sí, porque es para las que tenemos cálculos muy exactos de pérdida esperada. Son las que más pesan en ese sector de consumo y tarjeta de crédito.
“Entonces sí, el criterio técnico de eficiencia o no eficiencia en ningún momento se consideró. Simplemente, tomamos 12 de las entidades más importante dentro del sistema y, sin duda, las más importantes en consumo, tarjetas y créditos pequeños y, por eso, las escogimos. De hecho, si usted ve, hay bancos privados, bancos públicos, cooperativas. O sea, es una muestra muy amplia. Pero jamás fue que las escogimos porque fueran más o menos eficientes”.
-¿El recálculo del tiempo de madurez en esos créditos fue algo de lo que usted se percató o los técnicos le advirtieron?
-Sí, los técnicos de nuestra dirección de Riesgo Blobal me hicieron ver que ellos tenían la madurez que ya habían calculado, la madurez de esos portafolios y que, además, tenían la separación entre qué porcentaje de la cartera estaba a costo variable y a costo fijo. Me dijeron aquí hay una oportunidad de mejora y eso fue lo que hicimos.