Eliécer Feinzaig, diputado electo por el Partido Liberal Progresista (PLP), relató lo ocurrido la noche de este martes en la Plaza de la Democracia, San José, durante la celebración del Día Internacional de la Mujer. Al retirarse, el excandidato presidencial fue manchado con pintura en dos oportunidades, una vez con pintura líquida y otra con spray, según relató.
Para él, la agresión fue premeditada por un grupo extremista que usa la violencia para combatir la violencia contra la mujer. Este es el relato dado a La Nación este miércoles.
- ¿Cómo describe la agresión recibida anoche en la marcha feminista?
- Un grupo de hombres y mujeres del Partido Liberal Progresista (PLP) asistió a la marcha desde el principio, marchando desde avenida segunda. Yo estaba en reuniones y me habían pedido que los acompañara. Llegué a eso de las 6 p. m.; estuve como hora y media y, en general, todo transcurrió tranquilo. Ahí hay representación de partidos de izquierda que, cuando uno pasa, le lanzan epítetos.
“En general la marcha fue pacífica. El ambiente era ambiente sano, alegre.
“Cuando la gente se concentró en la plaza de la Democracia y, sobre todo cuando se oscureció, algunas pocas personas empezaron a ponerse más violentas, más amenazantes. En algún momento me rodearon, me gritaron improperios. Resulta curioso que cuando unas mujeres me gritaban, venían otras muchachas y se tomaban fotos. Eso les sulfuró más.
“Decidimos irnos. Cuando iba saliendo, nos rociaron con pinturas. No nos expulsaron, decidimos irnos.
“Yo apoyo la causa de la igualdad real de la mujer. Seguiré defendiendo desde la trinchera las libertades individuales. Fui a acompañar en esa manifestación. Ni siquiera llevábamos pancartas, ni siquiera iba identificado con colores del partido. Fui a acompañar a mujeres del partido que me lo pidieron y mujeres de Costa Rica. Fuimos a protestar contra la violencia hacia la mujer. No me pasó nada. El recuento de los daños es una camisa que se echó a perder.
“Me pregunto cuánto daño le causa esto al movimiento feminista. Si las líderes no se pronuncian y ellas no los respaldan, si no hacen un rechazo al agravio a medios de prensa que fueron agredidos, están con su silencio aceptando acciones de las extremistas.
“La situación se puso más caldeada cuando aparecieron feministas vestidas de negro, encapuchadas y agredieron a periodistas. Estoy claro en que ellas no representan al movimiento feminista. Estas estaban persiguiendo objetivos de desestabilización y era premeditado.
- ¿Por qué cree que esas acciones fueron premeditadas?
- Es que si usted va a una marcha pacífica y usted tiene tarros de pinturas y latas y botellas para estar tirando a los periodistas, demuestra que hay una organización para desestabilizar el asunto. A eso me refiero que hay premeditación.
“Por supuesto que no trato de victimizarme. A mí no me pasó nada. Simple y sencillamente me duele mucho, porque fui a acompañar a las mujeres de Costa Rica y de mi partido, a una actividad en que se protesta contra la violencia, que se convirtió en un festival extremista.
“Yo caminé unas tres o cuatro cuadras de la avenida segunda. Mucha gente paró a saludarme, me pedían fotos, algunas que me decían ‘yo voté por usted’, algunas que no, pero querían fotos. En términos generales fue respetuoso el asunto.
- ¿Qué recuerda del momento de la agresión cuando lo rociaron con pintura?
- Primero, cobardes porque lo hicieron a mis espaldas. Me atacaron por mis espaldas, yo no vi quién me lanzó pintura. Iba más preocupado por el grupo con el que iba: Vanessa, Carolina, Nicole, José Rodolfo, Raquel y mi esposa. Iba preocupado de que, por mi causa, ellas sufrieran una agresión.
“Primero, me tiraron pintura limpia, luego alguien se acercó con un tarro de spray. Decido salir porque ya dejó de tener sentido estar ahí en un ambiente que se volvió hostil.
“Las críticas me resbalan, pero, cuando uno percibe un cambio en el ambiente y empieza a percibir el ánimo de agresión, yo ya no tengo nada que estar haciendo allí. Mi presencia allí estaría validando ese ambiente hostil que se generó.
- ¿Por dónde logró salir del lugar?
- Por la zona de la Asamblea, hacia el Parque Nacional.
- ¿Lo persiguieron para agredirlo más?
No, porque la Asamblea Legislativa estaba rodeada de policías. No nos siguieron y después vi en las noticias que, más bien, fueron a tratar de agredir a la Policía.
- ¿Usted hace un llamado a los organizadores de la marcha a condenar estos actos?
- Sí, claro. Si yo convocara una marcha por cualquier motivo y esa marcha es utilizada por algunos para atacar a otros, sería el primero en salir a condenar ese ataque. Insisto en que la marcha fue convocada aprovechando que era el Día Internacional de la Mujer. La convocatoria fue para luchar contra la violencia, el acoso y el abuso contra la mujer. Uno como organizador no puede tolerar que la violencia se use como herramienta, supuestamente, por miembros del movimiento que está luchando contra la violencia.
- ¿A estas alturas le molesta que le digan “clasista” y le recuerden aquellas declaraciones sobre las mujeres madres que se quedan en la casa?
- Vea, yo hice una campaña de altura, no me dediqué a atacar a nadie. No voy a atacar a nadie. La ignorancia es muy nociva y me pueden decir lo que me quieran decir. Al final de cuentas 260.000 personas votaron por mí, escucharon mi mensaje. Así como nos fue muy bien en Escazú y Santa Ana, también nos fue bien en Desamparados, Goicochea y Alajuelita. Así que no es asunto de clases. Lo que me gritaron fue facho, neoliberal, clasista. O sea, no tenía nada que ver con los objetivos de la marcha. No pueden gritarme acosador o agresor porque, en mi vida, jamás le he puesto un dedo encima a una mujer, porque no respondo a la agresión con más agresión y por eso me mantuve calmado de este acoso. Me refiero solo al grupúsculo que hizo esto, no al resto de los asistentes a la marcha. Hubo un grupúsculo que quiso desvirtuar la marcha y lo logró.
“Reitero, los pretendidos insultos eran facho, neoliberal y fascista. Uno se da cuenta que ahí hay una agenda ideológica que no tiene absolutamente nada que ver con los derechos de la mujer. No tiene nada que ver con lucha contra la violencia. Al contrario, ahí hay gente con una agenda ideológica muy marcada, que utiliza la violencia como medio para combatir las ideas que no les gusta y eso es una muestra de intolerancia en el país y eso tiene que ser claramente exhibido”.