Congresistas de varias fracciones reaccionaron con cautela y tomaron distancia de la propuesta de la diputada Floria Segreda Sagot, de Restauración Nacional, para que a los congresistas se les exonere del pago del impuesto de renta sobre sus remuneraciones.
El presidente del Congreso, Carlos Ricardo Benavides; Paola Vega, del Partido Acción Ciudadana (PAC); Pablo Abarca, de la Unidad Social Cristiana (PUSC); Eduardo Cruickshank, de Restauración, y Carmen Chan, del bloque independiente, vieron con reparo esas gestiones.
En declaraciones a solicitud de La Nación, algunos de los congresistas confirmaron que supieron en corrillos legislativos sobre la idea de Segreda, otros alegaron que desconocían del todo su intención o, incluso, dijeron que se enteraron a través de este medio.
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La idea de Segreda es que el monto por gastos de representación que reciben los parlamentarios cada mes no debe afectarse con el cobro del impuesto sobre la renta.
Ya hizo el reclamo ante el Departamento Financiero de la Asamblea y también ante la Dirección de Asesoría Legal, donde le respondieron que sí debía pagarse.
Ahora, hizo la consulta ante la Dirección General de Tributación, para que sea el jerarca de esa entidad, Carlos Vargas, quien le responda si ese millón que reciben por gastos de representación debe pagar el tributo.
Los congresistas reciben, cada mes, ¢1.044.116 para gastos varios, entre los que están atención de visitas, delegaciones y cualquier otro que se requiera.
Además, por asistir a las sesiones del plenario, de las comisiones y cualquier otro órgano legislativo, cobran ¢2.956.598 en dietas. En total, la remuneración del diputado llega a ¢4.000.716.
Ese monto, tal como lo establece la nueva Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, debe tributar con un 20% del impuesto sobre la renta, y ya no con el 15%.
Eso quiere decir que, en impuestos, a los legisladores se les rebaja ¢540.000 al mes, además de las cargas sociales.
Paola Vega, del PAC, afirmó que había escuchado rumores sobre el tema. “Hay que esperar a que las autoridades pertinentes definan, para tener una mayor certeza jurídica”, dijo.
Ella añadió que, en buena teoría, son las dietas las que se asemejan al salario y, “en tesis de principio, Segreda tendría razón”, pero apuntó que Tributación tendría que resolverlo.
Por su parte, Carlos Ricardo Benavides manifestó que no conocía los detalles, salvo por lo publicado en La Nación. Agregó que no cree procedente la propuesta de la restauracionista.
“Tanto los ingresos por dieta como por salario deben pagar renta. No conozco el argumento jurídico, pero me parece que no deberían dejar de pagar”, comentó el liberacionista.
Según Carmen Chan, vocera del bloque fabricista, los impuestos deben aplicar para todos por igual.
“No tengo ningún problema en que se haga esa rebaja. Es un país democrático. La mayoría votó por el plan fiscal, por lo tanto, deben aplicarse sus normas para todas las personas”, indicó.
El socialcristiano Pablo Abarca afirmó que él supo por boca de Floria Segreda sobre la gestión. En su caso, dijo que “lo que es bueno para el ganso, es bueno para la gansa”.
Básicamente, Abarca piensa que si la exoneración aplica para todos los diputados, “perfecto”, pero que si no, tampoco tiene mayor problema. “Pero que lo definan. Para mí es indiferente. La idea es que la regla sea pareja para todos”, apuntó.
Cruickshank, el jefe del PRN, dijo que desconocía las gestiones de su compañera de bancada, ni los detalles de su reclamo. Añadió que conversará con Segreda el próximo lunes, para que le informe en su calidad de vocero de Restauración.
El diputado agregó que también se tendría que valorar, dentro de la bancada, el asunto. Eso sí, evitó valorar la propuesta por el fondo y enfatizó en que era una gestión personal de Floria Segreda en la que no tienen “nada que ver los demás diputados”.
Colaboró con esta información la periodista Sofía Chinchilla.