A 100 días de haber asumido el poder, Carlos Alvarado se declara preocupado por la tormenta fiscal que heredó y que ha marcado el inicio de su administración.
En menos de 100 días, trascendió que el gobierno anterior dejó un faltante de unos ¢800.000 millones en el presupuesto para pagar la deuda pública.
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No obstante, a pesar del aciago panorama financiero que afronta, Alvarado no expresa reproches a su antecesor, Luis Guillermo Solís. Alega que el problema no es nuevo.
Tampoco le tiene reproches al Congreso. Más bien, resalta la actitud de los diputados y se muestra optimista de que la reforma fiscal se apruebe.
El presidente habló sobre esa brasa con el equipo de la sección de Política de La Nación este jueves.
-Pasados 100 días en la Casa Presidencial, ¿cuál es el estado real de las finanzas públicas?
-Es un estado preocupante. La realidad del estado de las finanzas es que es preocupante para todas y todos los costarricenses. Es una realidad que, si bien es preocupante, no es nueva. Se ha planteado desde hace tiempo.
Esa es la realidad de la situación y, ante esa realidad, también la realidad de las soluciones que hemos planteado.
Una está materializada en el proyecto fiscal, pero no es la única. También, hemos planteado soluciones o propuestas de solución de lo administrativo, desde el Gobierno, y sabemos que dependerá del proyecto fiscal, pero también del comportamiento disciplinado nuestro, como Gobierno, en los próximos cuatro años, para que la situación se pueda mejorar".
-Volviendo a la pregunta, ¿el nivel de preocupación del que usted está consciente ahora es el que le expuso su antecesor?
-Yo conozco bien el tema fiscal, la preocupación está ahí.
-¿O es peor de lo que esperaba?
-Es igual de peor, es igual de mala. Es mala. La situación... hay que resolverla. Pero como le digo, no es una situación de un año a otro, de una administración a otra. Es una situación consistente de los últimos cerca de 18 años, que como país no hemos podido resolver y que le llegó la hora de resolverla.
"Como país, tenemos muchos problemas con carácter de, llamémosle, de urgencia. Este, en particular, es el que más alcance tiene.
Lo pueden dimensionar las personas mayores de 55 años, que les tocó vivir la situación de los 80. Esas personas sí conocen los impactos de un shock económico, eso es lo que a toda costa queremos evitar.
Aquí tenemos un camino que se bifurca en dos direcciones, una es no resolverlo y visitar lo que nos pasó en los 80, revisitarlo, por no haber aprendido la lección; o tomar decisiones valientes y duras, pero que nos den certeza, no como un fin en sí mismo, sino como medio para resolver las principales situaciones de Costa Rica, para hacerla más desarrollada.
Ese es el objetivo, que tengamos certeza en ese frente, y confianza, para impulsar la economía, reducir el desempleo, profundizar la seguridad ciudadana, mejorar la educación e innovar en materia ambiental.
Ese es el sentido de tener finanzas sanas porque, si no, las otras cinco aspiraciones u otras más, nunca se podrán satisfacer mientras tengamos este gran riesgo en lo fiscal".
-Presidente, ¿este grado de conciencia de la situación, les ha costado a ustedes que los diputados lo entiendan, y también los sectores que hacen presión para reducir el rendimiento de la reforma fiscal? Parece que, hasta cierto punto, los diputados no solo alegan su derecho de enmienda, sino que parecen no estar tan conscientes de la necesidad de hacer cambios en el modelo.
-Mi percepción, en relación con las diputadas y diputados, es mayoritariamente positiva en este tema. Yo siento que, si bien, hay un natural y aguerrido control político, que es sano y necesario en la democracia, creo que mayoritariamente hay una conciencia, que tal vez antes no disfrutaron otros presidentes.
"Yo veo un escenario diferente hoy. Veo conciencia, en todas las fracciones, en todas. Yo, más bien, agradezco las posiciones productivas y proactivas de las fracciones. Yo sí veo buen ambiente, un ambiente responsable para hacer esto.
No veo a nadie en un ánimo destructivo u obstruccionista.
-La contralora habla de falta de transparencia presupuestaria, por ejemplo con lo de Bancrédito y con la forma en que se manejó lo de deuda pública. ¿Usted encontró transparencia presupuestaria?
-Yo encontré un estado de cosas en que estoy haciendo todo lo posible con mi equipo para resolver.
"Hoy, la verdad de las cosas es que tenemos un tema que resolver, un tema que tiene muchos componentes, que no es un punto, que no es de un solo responsable ni un solo factor, que es muy de nuestra sociedad y mi verdad hoy es que este tema hay que resolverlo.
Ya, como también lo he dicho, a veces perdemos la dimensión de lo valiosa que es nuestra democracia y nuestro sistema democrático que nos permite tener el control político y las herramientas para discutir ese tema.
Pero hoy, lo que es inminente, urgente, es que enfoquemos el esfuerzo político, así lo he entendido y así creo que lo han entendido las fracciones políticas, en resolver".
-Claro, pero para resolver hay que conocer la causa.
-Claro, las causas y las situaciones son bien conocidas.
-Pero, en su criterio, ¿cuáles son las principales causas de este desbalance económico del gobierno?
-Hemos tenido la dificultad de, ya por cerca de dos décadas, de no resolver el tema, de no dar una solución integral y sana, haciendo que, con el paso del tiempo, se vuelva cada vez más difícil.
"Hoy, creo que algo que ha acelerado que podamos tomar una decisión es el cada vez más inminente riesgo que esto conlleva y, para muchos sectores, el claro impacto que podría tener en toda la economía y toda la sociedad.
Como yo digo, si hay un problema que es democrático es este. Este, de desatarse, nos impactarían a todas y a todos. A los más humildes, los programas sociales se verían más afectados; a la clase media trabajadora, tendría impacto en el empleo, en el privado y en el público por el riesgo de no pagar. Al sector productor o más pudiente, le podría afectar por el impacto en sus recursos y bienestar.
Sí nos llama a la reflexión que como país, saliendo de este tránsito, tenemos que reflexionar por qué no hemos sido capaces de tomar decisiones más ágilmente, y cómo podemos encausar nuestro esfuerzo colectivo hacia el desarrollo. Y yo creo que esta es una de las decisiones que se abre cuando logremos cerrar este capítulo".
-Para aprender de esta historia, ¿cuáles han sido las causas que nos han llevado aquí?
-Esta es la discusión que tenemos que tener después. Hoy mi rol fundamental es resolver esto. Hoy nuestro rol fundamental es entender esta verdad para transformarla.
-O sea, usted la entiende, pero no la dice…
-No. Si me la preguntan, la puedo decir.
-Sí, ¿cuáles son las causas que nos están llevando esto?
-Sí, tenemos más gastos que ingresos.
-Pero eso es el resultado de algo…
-Bueno, es el resultado de una sociedad que tiene aspiraciones que se ven reflejadas en instituciones, pero que no ha emparejado esas aspiraciones de desarrollo con las finanzas para financiarlas, y ahí es donde tenemos que tomar decisiones.
"Pero creo que es principalmente eso. Costa Rica ha logrado demostrar que puede impulsar el desarrollo humano. Costa Rica es de los países con menor ingreso per cápita que mayor desarrollo humano tiene.
O sea, lo que demuestra es que, con un menor ingreso per cápita, puede aspirar a un mayor desarrollo humano relativo. Y eso es un éxito de nuestra sociedad.
Lo que pasa es que, aun así, no hemos concretado un sistema de impuestos o fiscal que permita darle sostenibilidad en el tiempo a ese nivel de inversión, que va a la discusión central de esto. Es quiénes financian el desarrollo y cuál es la aspiración de ese desarrollo. Se puede decir ‘recorte todo el gasto’, pero qué recortamos".
-Usted habla de que la recaudación tributaria sea sostenible, ¿pero el gasto es sostenible?, la contralora general dice que es “exorbitante”....
-Pero nosotros estamos siendo responsables en cuanto a gasto. El presupuesto que vendrá tiene un incremento de lo administrativo menor a la inflación. Básicamente, el presupuesto decrece. Lo que pasa es que, por el nivel de deuda, el presupuesto crecerá.
-Pero la deuda obedece el gasto…
-Ya esa deuda obedece, ya esa obedece al nivel del endeudamiento al que hemos incurrido. Estamos siendo responsables de no empujar el gasto mucho más allá.
"Y es clave la eficiencia, también es clave el crecimiento económico. La discusión que viene inmediatamente es ¿cómo ser exitosos en un modelo de desarrollo con nuestro nivel de gasto, que sea sostenible?, tanto como en una regla fiscal. ¿Cómo lograr eso? Creo que también el proyecto de ley trae el detalle de las transferencias, de los destinos específicos, trae más márgenes.
Pero si algo también tenemos que rescatar de esto es que nos debe obligar, como país, a ser más eficientes de los resultados que tenemos, de las inversiones públicas que hacemos".
-¿Es necesario ir más allá con el tema de las transferencias?, ¿es una camisa de fuerza para un presidente?
Digamos, son leyes, y lo que se necesita es cumplirlas. Lo que pasa es que sí necesitamos abrir la discusión porque, si uno plantea un porcentaje de una transferencia específica sobre un tema específico, lo que quiere decir es que usted tiene que estar transfiriendo plata como un monto, no como un objetivo. Y entonces casi que las instituciones buscan en qué gastar, más allá de cumplir con objetivos.
“Tenemos que volcar a un Estado que esté más enfocado en resolverle a la gente. Si tenemos que trasladar una filosofía de trabajo a las instituciones, es que, en el centro de que todo su quehacer, están personas, no la institución propiamente”.
-¿Usted considera que la carga tributaria en el país es baja?
-En el contexto actual, para la aspiración de desarrollo que tenemos, tiene que incrementarse como se está planteando en el proyecto pero, a la vez, hacerse más eficiente la inversión. No es un solo componente. Si nosotros subimos la carga tributaria pero no somos más eficientes, habremos fracasado. Necesitamos subir la carga tributaria, bajar el gasto que no sea el prioritario.
“Se está ampliando la base (imponible, del impuesto al valor agregado), pero con un componente importante de progresividad también”.
-Usted dijo en campaña que la carga tenía que crecer dos puntos porcentuales…
-Sí, pero también llegué a un acuerdo en que (la tasa del IVA) iba a ser de un 13%. Pero también es importante que ahí esté la renta global, para darle mayor progresividad, y es algo que debe conservarse allí. Es una reforma también que, si uno ve los datos, la pagarán todos los costarricenses pero, principalmente, aquellos que más tienen. Es una reforma que tiene su carga impositiva en quienes más ingresos tienen.
-¿Qué sintió cuando se enteró, por boca de Hacienda, que faltan ¢600.000 millones para terminar los gastos de este año? ¿Qué le dijo a la Ministra? ¿Cómo reaccionó usted? ¿Hubo crisis en Casa Presidencial? ¿Hubo asombro, espanto? ¿Qué ocurrió ese día?
-Hubo un asombro que yo me discipliné a que fuera breve, para preguntar, acto seguido, ¿cómo resolvemos?. Porque si nos quedamos en mero asombro o en mera frustración, de ahí no salimos. Entonces, acto seguido, nos preguntamos ¿esto cómo se resuelve? ¿Qué hay que hacer?. Y así procedimos a resolver.
-¿Cuál fue el plan de mitigación para el efecto que eso iba a tener en las negociaciones para el plan fiscal?
-Hablar con la verdad, ser transparentes y sinceros, hablar claramente con las fracciones, decir las cosas como son.
“Nosotros sabíamos que presentar un presupuesto extraordinario en el mismo momento del trámite de la reforma (tributaria) parece contraproducente, pero es lo que se requiere”.
-¿Convocó a emergencia su equipo económico cuando se enteró de lo que sucedía?
-Estuvimos reunidos, pero tampoco fue una discusión tan prolongada. Hay un problema, se busca una solución y se avanza. Yo en eso soy una persona muy práctica y guardo las catarsis para el espacio privado. Hay que resolver; la gente lo tiene a uno aquí para que resuelva.
-¿Tiene algo que reprocharle a Luis Guillermo Solís después de esa debacle de ¢600.000 millones?
-A mí no me contrataron para reprochar; me contrataron para resolver. Yo sabía a lo que venía. No estoy aquí engañado. Mi trabajo es resolver.
“Eso, todos los días, cuando yo hablaba de trabajar, trabajar, trabajar, no era retórica. Es porque yo estoy claro de la complejidad del momento que estamos viviendo”.
-¿Reconoce que le dejaron la situación del país cuesta arriba?
-Costa Rica se la ha dejado a sí misma cuesta arriba.
-¿Pero no ve el panorama más complejo que como lo percibía inicialmente?
-Ya después de cierto número, la complejidad es la misma.
-Si superamos la reforma fiscal, ¿se vendrá una etapa de ajustes estructurales, ya sea por iniciativa del Gobierno o porque un ente internacional...?
-No habrá esa ruta tan sombría.
-¿Habría otra reforma fiscal? ¿Se puede terminar este Gobierno con otra reforma?
-Lo que se tiene que abrir después de este proceso de reforma, sería un proceso muy esperanzador, porque tenemos margen para tomar decisiones en cuanto a nuestro desarrollo.
-¿Cree haber sentado la bases en estos primeros 100 días de gobierno para que ese proyecto de reforma fiscal se apruebe fácilmente en la Asamblea Legislativa?
-Será aprobado en su primer debate en las próximas semanas, según lo estimamos, y eso es lo que yo veo factible y lo que pido también encarecidamente, porque no es un capricho, es una necesidad.
“También veo que en el escenario posterior, la discusión se debe centrar en cómo nos hacemos mejores, cómo mejoramos la educación, por eso hemos insistido en el tema del multilingüismo. Tenemos que ser mejores en la infraestructura pública y ahí hemos mejorado, siento yo, hemos dado claridad en estos 100 días de cómo hacerlo. Tenemos que devolver seguridad a la gente en la calle".
-¿Pero siente que llega a finales de agosto con los votos amarrados para aprobar el plan fiscal?
-Siento que estamos en un momento propicio para que ocurra la reforma. Tendrán que ser los tiempos legislativos los que determinen cuándo, pero yo espero que sería en unas semanas.
-¿Ya recibió promesa de voto de alguna fracción?
-He recibido la buena voluntad de muchas fracciones, lo cual yo agradezco mucho.