El canciller Manuel González, quien dejará su cargo este martes, pidió al futuro gobierno mantener y fortalecer la política de "diplomacia económica" que él introdujo en el Servicio Exterior durante la administración que está por expirar.
La "diplomacia económica" consiste en utilizar las embajadas y consulados de Costa Rica no solo como representaciones políticas del país, sino como puntos para tenderle puentes a la exportación de productos costarricenses, así como para atraer inversiones.
En palabras del canciller, estas sedes diplomáticas deben ser los centros de promoción de Costa Rica en todos los aspectos, incluyendo el mercantilista, es decir, deben funcionar como "puntos de venta, supermercados" que coloquen el potencial costarricense alrededor del mundo.
González es del criterio de que Costa Rica no puede seguir caminando por la senda de la diplomacia tradicional, sino que debe incluir las agendas de turismo, inversión, comercio, migración y cooperación dentro de las funciones de coordinación que ejerce desde la política exterior.
“Somos muy pequeños para no sumar ni multiplicar, y hemos estado divididos. La realidad es que la Cancillería ha estado de un lado y, por otro, Comex (Ministerio de Comercio Exterior), Procomer (Promotora de Comercio Exterior) y Cinde (Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo)".
"Hay que hacer cambios de cultura interna en las instituciones y probar la confianza. En esa línea, hemos ido. Hay que hacer mucho más promociones conjuntas, hay que incluir al sector turismo”, dijo González.
El canciller también le hizo esta petitoria a su sucesora, la vicepresidenta electa Epsy Campbell, con quien se reunió la semana pasada durante cinco horas.
"Una de las respetuosas sugerencias que le hice a doña Epsy, cuando me reuní con ella, es que se puede hacer una verdadera rectoría del sector internacional de Costa Rica, que incluya turismo, comercio, inversiones, diplomacia tradicional, la parte migratoria y el Ministerio de Planificación por el lado de cooperación. Esas seis instituciones deberían de trabajar en conjunto".
"Si la Cancillería se descuida, va a terminar siendo una oficina de la apostilla. Una de las funciones de la Cancillería era convertirse en un puente verdadero entre lo interno del país y lo externo, que las cosas internas que tuvieran relación con el exterior pasaran y se coordinaran a través de la Cancillería, eso también tiene que consolidarse.
"Y eso se consolida con una posición clara y firme desde la Presidencia. Si no existe la voluntad y esa instrucción desde la Presidencia, vamos a seguir muy dispersos, hay que generar esa cultura", expresó el titular de Relaciones Exteriores.
La mirada en los 'países no tradicionales'
Bajo esa lógica de utilizar las embajadas y consulados como centros de promoción comercial del país, Manuel González justifica la apertura de seis sedes diplomáticas en "países no tradicionales" o "exóticos", según sus palabras, durante sus cuatro años de gestión.
Se trata de las embajadas que abrieron en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), Nairobi (Kenia), Yakarta (Indonesia), Camberra (Australia), Bakú (Azerbaiyán) y Ankara (Turquía).
Con esas embajadas, la Cancillería busca acceder y estrechar sus lazos con zonas del mundo como África, el Medio Oriente, la región del Cáucaso y el sudeste asiático.
Por ejemplo, González decidió abrir la primera embajada en el continente africano en Kenia porque, según explicó, en Nairobi está la tercera sede de Naciones Unidas en el mundo, la cual vela por los temas ambientales, y porque está cerca de Adis Abeba, la capital de Etiopía, donde tiene la sede la Comisión de la Unión Africana.
En el caso de Emiratos Árabes Unidos, el canciller dijo que se optó por Abu Dabi por su poderío económico, porque es fuente de cooperación y por la buena relación que se logró entablar con el príncipe heredero, el jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan.
En cuanto a Indonesia, el objetivo es acercarse al sur de Asia, donde hay un enorme potencial en el desarrollo de energías limpias, especialmente la geotérmica, y porque es un mercado de 300 millones de personas en donde, a la vez, está radicada la sede de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
"Cuando empezamos, lo que notamos es que Costa Rica estaba muy cómoda en sus amigos tradicionales, lo cual no tiene nada de malo y, a veces, hay que mantenerlos cerca y tener una muy buena relación con ellos. El entorno centroamericano, pues es nuestro jardín natural, por decirlo de alguna manera. La relación con el norte, principalmente de inversión, comercial y turismo con Estados Unidos, una relación tradicional y, luego, la Unión Europea; el sur, relativamente poco visto, Sudamérica".
"Lo demás con una presencia bastante tímida y, en el caso del continente africano, total y absolutamente ausentes, lo cual es inaceptable para un país como el de nosotros que se dice inmerso en la economía mundial y se dice un participante activo en la comunidad internacional. No manda un mensaje bueno no tener presencia en un continente que, dicho sea de paso, funciona bastante en bloque en temas del multilateralismo", declaró el canciller.
González asegura que, en esos países, existen "muchas" posibilidades de hacer negocios, de captar nuevas inversiones y de recibir más cooperación de lo que facilitan los "socios tradicionales", pues Costa Rica está catalogada como un país de renta media.
No obstante, insiste en que, para que eso ocurra, el sector empresarial debe dejar atrás sus prejuicios sobre las barreras culturales e idiomáticas, así como con el aspecto de la distancia, y explorar estos destinos "exóticos".
"Los canales oficiales están abiertos, las relaciones son buenas con todos estos países ‘no tradicionales’ , destinos geopolíticos nuevos. Sacarle provecho a esto implica una aproximación efectiva por parte del sector privado también. Tienen que levantarse, darse a conocer esas oportunidades, provocar visitas de allá para acá y de acá para allá", afirmó González.
Él también considera que el país debe estrechar sus lazos y sacarle más provecho a socios comerciales como Singapur, China, Singapur y Corea del Sur.
Reticencia de diplomáticos a ir a esos destinos
Según el canciller González, existe reticencia por parte de los embajadores de carrera a ir a trabajar a estos destinos debido a la distancia con Costa Rica.
Además, alega existen funcionarios de carrera diplomática que no quieren regresar al país y otros que, por el contrario, rehuyen ser nombrados en el exterior.
"Vieras que difícil es encontrar a la gente para que se vaya a esos lugares, aquí los diplomáticos se quejan mucho cuando se nombra a alguien de afuera, pero cuando se abren esos puestos no concursan, porque quedan muy lejos, etcétera, etcétera", manifestó González.
Y agregó: "Esto no es una sastrería, no se le puede hacer el traje a la medida a cada uno, hay que cambiar esa cultura a lo interno".
También, dijo que existe cierta dificultad para que los funcionarios, de carrera o no, se pongan la camiseta de la diplomacia económica, aunque reconoció que a lo interno de la Cancillería se debe fortalecer la capacitación en esa materia.
"Hubo resiencia y claro que la hay todavía. Algunos lo ven como más trabajo y es incursionar en algo que tradicionalmente ellos mismos lo han delegado en Comex, Procomer y Cinde, para quitarse el trabajo de encima. Una cosa es delegar y otra coordinar, lo que el país debe aspirar es a esa coordinación y, por eso, hemos insistido en este tema de la diplomacia económica y de convertir las embajadas y también los consulados, en centros de promoción del país en todos los aspectos, en términos muy mercantilistas, en puntos de venta, supermercados de alguna manera que están promocionando al país", explicó González.