Los diputados aprobaron, este martes, un proyecto de ley que establece la incompatibilidad de caracteres como una causal para divorciarse.
La iniciativa tuvo el apoyo de 30 diputados, mientras que 14 legisladores votaron en contra.
Se trata de una reforma al artículo 48 del Código de Familia, donde se establece que, después de seis meses de convivencia, un matrimonio se pueda disolver incluso si una de las dos partes está en desacuerdo.
El nuevo motivo para el divorcio sería “la solicitud de una de las partes ante la incompatibilidad de caracteres para poder hacer vida común”, medio año después de celebrada la unión.
La propuesta incluye la nueva causal como un inciso 9 en el artículo donde se establecen las causales para disolver un matrimonio.
Los votos negativos vinieron, principalmente, de los partidos Restauración Nacional, el bloque independiente Nueva República, el liberacionista Luis Antonio Aiza y la socialcristiana Shirley Díaz.
En Restauración votaron en contra de la iniciativa Carlos Avendaño, Mileidy Alvarado, Floria Segreda, Melvin Núñez, Giovanni Gómez y Xiomara Rodríguez. En el bloque fabricista, se opusieron Carmen Chan, Ivonne Acuña, Ignacio Alpízar, Jonathan Prendas y Nidia Céspedes.
“El proyecto no debe aprobarse”, dijo Prendas, quien adujo que no le hace gracia que se aprueben proyectos de la exdiputada Patricia Mora. Añadió que la incompatibilidad de caracteres es un término jurídicamente indeterminado, que no se puede comprobar materialmente.
“Un desaire, un enojo, un ‘no me gustó’, hasta como estripa la pasta de dientes, o que no cierra la puerta con llave, no recoge la ropa, no lava los platos, no saca la basura”, dijo el vocero fabricista.
El restauracionista Melvin Núñez, por su parte, anunció que el PRN votaría en contra, luego de que los diputados cambiaron de criterio y evitaron ampliar el plazo de seis meses a un año.
“Hay que pensar bien para casarse, pero también hay que dar un plazo para revertir eso. En este país, la gente se casa por conveniencia, simple y llanamente, narcotraficantes, gente que gana dinero por conveniencia. Hacen lo que les da la gana con el sistema”, dijo Núñez.
El porteño también dijo que la señal que da el Congreso a la ciudadanía, al aprobar dicha iniciativa, es la de que “nos importa cualquier cosa el matrimonio, divórciense”. También adujo que seis meses no es suficiente tiempo para determinar “si funciona o no algo que, de todas formas, están dañando cada día más con las leyes de ideología de género".
Núñez también aseguró que esa ley “atenta contra la familia y algo que es sagrado, el matrimonio”.
La reforma fue propuesta por la exdiputada Patricia Mora, actual presidenta del Instituto Nacional de la Mujeres (Inamu), y sus excompañeros de la anterior fracción del Frente Amplio.
‘Estamos cansados de esa relación entre lo civil y lo religioso’
En respuesta a restauracionistas y fabricistas, los liberacionistas Karine Niño y Roberto Thompson criticaron que se hiciera una vinculación entre lo civil y lo religioso, en las intervenciones de esos diputados.
“Después de oír intervenciones entre lo civil y lo religioso, no estoy para nada de acuerdo, estamos cansados de esa relación”, dijo la legisladora Niño. Ella añadió que si algo se debe criticar, se tiene que hacer con bases sólidas, no con información incorrecta, irreal o que no es legal, solo con el fin de poner en contra a la población.
Thompson apuntó que hay una obsesión, en algunas fracciones legislativas, a “regularlo todo con criterios subjetivos” y hacer pensar a la gente que si está a favor o en contra de un proyecto como ese, entonces “estamos a favor o en contra de la familia y del matrimonio”.
“Estamos regulando la institución del matrimonio desde lo civil. Me parece irrespetuoso fijarle un plazo al divorcio, cuando no hay voluntad de una de las dos partes por incompatibilidad. Yo no le establecería ninguno”, dijo.
Causales vigentes
La ley vigente contempla que son motivos de divorcio el adulterio, el maltrato y el atentado de un cónyuge contra su pareja o contra los hijos, sea hacia su vida o para corromperlos, o prostituirlos.
También, son causales la separación judicial por un término no menor de un año, la separación de hecho por un término no menor de tres años, la declaración de ausencia del cónyuge y el mutuo acuerdo de los esposos.
En los divorcios por mutuo acuerdo, por el contrario, no hace falta que los cónyuges aleguen algún motivo en específico, sino que se respeta su voluntad.
Isaac Monge, juez de Familia en Sarapiquí, dijo que la ley actual impide que uno solo de los integrantes del matrimonio pida el divorcio, si su cónyuge no es culpable de algunos de las conductas que describe el Código de Familia.
Actualmente, la opción que tiene una persona que desea separarse es salir de la vivienda en común y esperar tres años para presentar la demanda de divorcio.
“Es contrario a la dignidad humana. Tiene consecuencias emocionales, psicológicas, jurídicas. Afecta al individuo y limita su libre determinación, su autonomía. Si el matrimonio surge porque doy mi consentimiento, el ordenamiento jurídico también debería darme la posibilidad de disolver ese vínculo cuando ya no quiero estar”, dijo Monge.
El juez explicó que esa situación pone en una situación de desventaja particular a las mujeres, pues si la esposa llega a tener hijos con otra persona, los menores llevarán el apellido del marido, aunque en la práctica los cónyuges estén separados.