En el Ministerio de Educación Pública (MEP) “nunca” han elaborado un estudio, análisis o investigación sobre la modalidad de los Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea).
Lo anterior a pesar de que el Ministerio está obligado a hacerlo que según el artículo 47 del reglamento Organización administrativa de la oficinas centrales del MEP. Al Departamento de Estudios e Investigación Educativa del MEP le corresponde coordinar el desarrollo técnico y conducción de estudios e investigaciones y efectuar diagnósticos y estudios especiales sobre la realidad educativa.
Sin embargo, la Auditoría Interna del MEP no se logró ubicar estudio alguno sobre la necesidad de establecer esta oferta educativa y que diera origen a su creación en el año 1993.
“Evidentemente el poco interés que prevalece sobre la modalidad Cindea es una de las principales causas de la ausencia de estudios, además de que en el MEP no existe la cultura de planificar y fundamentar los proyectos y la toma de decisiones en investigaciones sino más bien en el conocimiento adquirido, lo que en sí es un gran riesgo, o en indagaciones superficiales”, advirtió la Auditoría en su Informe 21-18, dado a conocer a inicios de este año.
A pesar de que no existen estudios sobre demanda, en 6 años se crearon el doble de Cindea de los que fueron aprobados en un periodo de 18 años, lo que significa un crecimiento del 200%. Actualmente existen 84 Cindea de los cuales 28 fueron creados de 1993 a 2011 y los 56 restantes se autorizaron entre 2012 y 2017.
Lo anterior preocupa a la Auditoría, ya que la apertura de estos centros, que actualmente tienen una pobalción de 50.000 estudientes, depende de una limitada solicitud del supervisor del circuito.
“Como consecuencia la modalidad sigue desarrollándose sin ninguna planificación y sin conocer la demanda real en las regiones, lo que podría ocasionar que se estén creando Cindea ya sea en sedes centrales o satélites, sin que exista una necesidad real o suficiente que justifique la inversión de recursos por parte del MEP”, explica la Auditoría.
María de los Ángeles Alvarado, jefa del Departamento de Educación de Personas Jóvenes y Adultas del Ministerio de Educación Pública (MEP), dijo que el Consejo Superior de Educación realizó una evaluación integral de la Educación para Jóvenes y Adultos (EPJA), en 2015, que no fue tomada en cuenta en esta investigación de la Auditoría.
“Por esta razón no se ha realizado un estudio de la modalidad en sí por otras instancias, ya que la evaluación incluía todas las modalidades de la EPJA, incluyendo a los Cindea. Otro aspecto a valorar es que diciembre del 2017se aprueba el Marco Referencial de Política y Transformación de la Educación de Adultos. El estudio de la Auditoría salió hasta después del Acuerdo del CSE y no se consideró”, manifestó la funcionaria.
Sedes sin estudios técnicos
Lo satélites son pequeñas sedes de los Cindea en una misma región. Según la Auditoría, es un requisito que la matrícula sea de 100 estudiantes para autorizar la apertura de un satélite. Por ejemplo, el Cindea Cañas, satélite Lourdes, tuvo en el II periodo del 2016 una matrícula que llegó apenas a los 11 alumnos.
Las bajas matrículas significan un alto costo para el Ministerio.
“Alrededor del 50% de los satélites no cumplen con la matrícula de 100 estudiantes, cifra que se establece como requisito para su apertura. No obstante en los formularios de solicitud, todas las proyecciones de matrícula sobrepasaban ese dato, lo que podría inferir que no se realizó un sondeo efectivo o consciente de la posible matrícula o, peor aún, que se inflaron los datos con el fin de obtener la aprobación. Actualmente estos satélites trabajan con una matrícula muy baja, con el costo que tiene para el Ministerio de Educación brindar un servicio de este tipo”, dijo la Auditoría.
Sobre los satélites, el MEP nunca ha realizado un análisis de la matrícula ni ha valorado la posibilidad de proponer cierres paulatinos dado el caso de que se mantengan las bajas matrículas por varios periodos.
Sobre la apertura de satélites con poca matrícula, Alvarado dijo “la necesidad del servicio educativo, a veces exige que hagan excepcionalidades”.
La Auditoría criticó, además, que en el 70% de los Cindea se dan cursos como, por ejemplo, repostería, técnicas secretariales u otros, cuya apertura depende de un censo hecho “informalmente” en las comunidades o se toman en cuenta las solicitudes de los vecinos. Actualmente, se imparten 60 de estos cursos.
Es el director del centro educativo quien decide que cursos se impartirán, “bajo el riesgo de desconocer o carecer de visión para detectar las necesidades reales de desarrollo y empleo de la comunidad”.
"Por ejemplo para el segundo periodo de 2017 el curso Confección de accesorios para el hogar se brindaba en 12 Cindea, pero como sucede con muchos otros talleres, este se origina más en una necesidad de socialización, que en una fuente de empleo o desarrollo.
Nunca se ha exigido formalmente a las regiones la elaboración y presentación de un diagnóstico formal de necesidades de cursos en las distintas poblaciones, como consecuencia se corre el riesgo de que estos talleres se brinden antojadizamente o peor aún para beneficiar a unos cuantos en función de intereses particulares y no con miras a satisfacer las necesidades reales de la población respecto al crecimiento, desarrollo y posibles fuentes de trabajo en la comunidad", criticó la Auditoría.