La mayoría llega al aula, se presenta con los alumnos, da sus primeras lecciones, pero al día siguiente no regresa.
Esta escena se repite por miles todos los años, cuando docentes con nombramientos interinos en zonas que ellos mismos eligieron deciden renunciar a ese puesto, porque no les gusta o no les conviene; algunos ni siquiera llegan a la escuela o colegio, se van directamente al MEP a renunciar luego de que se les informa el centro educativo en el que tienen que ir a dar clases.
En el Ministerio de Educación Pública (MEP) se le conoce a esta figura como desestima y se presentan unas 5.000 a lo largo de todo el año en todas partes del país, aunque hay direcciones regionales donde el problema es más frecuente. Esta es la razón por la cual a un mes y medio de iniciado el curso lectivo todavía hay niños sin docentes.
En 2017 renunciaron a su nombramiento 5179 educadores y en 2018, 5.716. Este año, la cuenta va por 1.700; los alumnos de las direcciones regionales de Alajuela, Cartago y Heredia han sido los más afectados.
Cada caso, representa un trastorno para los estudiantes, quienes en ocasiones esperan hasta tres meses para tener un nuevo maestro o profesor. Además, implica pagos de más a estos docentes, que al final no trabajaron toda la quincena, al tiempo que obligan a pagar horas extra a funcionarios de Recursos Humanos que deben buscar reemplazos lo más pronto posible.
Ni el MEP, ni el Servicio Civil pueden poner límite a las desestimas. Un profesor interino puede renunciar a su nombramiento una y otra vez sin ninguna consecuencia, pues, cada vez que deja un puesto, vuelve a la lista de elegibles, lo vuelven a nombrar en otro centro y, si quiere, vuelve a renunciar.
Las principales razones que ha detectado el Ministerio para la cantidad de desestimas es el disgusto con la zona por la lejanía del centro educativo de su lugar de residencia o por la peligrosidad en el lugar, así como licencias o incapacidades. En ocasiones también se renuncia al puesto por la poca cantidad de lecciones que se dan, por el tamaño de los grupos o porque en el centro educativo no se pagan recargos.
Quienes renunciaron prefirieron continuar en el puesto en el que están (hay docentes que se postulan para una vacante solo para ver si les sale algo mejor a lo que ya tienen) o bien, seguir sin trabajo.
Por ejemplo, en el Colegio San Martín, en San Carlos, según el reporte del Ministerio de Educación, han desestimado seis docentes en lo que va del año.
Lesbia Navarrate, directora de este centro educativo, explicó que desde que inició el curso lectivo a la fecha, no hay docentes de educación física para 150 estudiantes, ni de Química para 50 alumnos de décimo año.
El problema es que la próxima semana comienzan los exámenes y los colegiales no han recibido las clases de Química. No se sabe qué van a hacer. Ella solo conoció a tres de los seis docentes que desestimaron.
"Tres profesores que renunciaron (dos de Educación Física y uno de Química) lo hicieron porque el número de lecciones que les asignaron para ellos era insuficiente y, por ejemplo, uno de ellos viajaba desde Heredia y por 15 lecciones a la semana, económicamente afirmaba que a él no le servía. La misma situación se dio con el profesor de Química.
“Los profesores llegaron ilusionados porque tal vez iban a alcanzar al menos 40 lecciones semanales y no se les dio, entonces dicen que los costos de transporte y comida para ellos son muy elevados”, dijo Navarrete.
Desde el punto de vista de los alumnos, añadió la directora, estar sin profesor causa un gran atraso. De hecho, muchos de ellos han comentado el desencanto que sienten porque es común que en cualquier momento se queden sin profesor.
“Me siento cansado porque no tengo seguridad de completar el curso lectivo; el mejor ejemplo es que ya vienen los primeros exámenes y no vamos a poder hacer el examen de Química porque no hemos visto nada de materia, esto no es justo”, contó un alumno de apellido Rodríguez del Colegio San Martín.
Muchos costos
Yaxinia Díaz, jefa de Recursos Humanos del MEP, dijo que no hay nada que hacer ante los docentes que renuncian.
Según explicó, cuando los educadores son nombrados en un centro educativo es porque han mostrado el interés de trabajar en esa zona en la oferta de servicios cuando ellos aplican y concursan a los diferentes reclutamientos que lleva a cabo la Dirección General del Servicio Civil.
“La interrupción del servicio es el costo mayor de las desestimas: una semana o un mes de que el niño no tenga clases representa un costo significativo. Lo segundo es el tema de los fondos públicos, preocupa sobre manera las sumas giradas de más que les pagamos al docente que renunció.
Hay que cobrarle de inmediato al docente y destinar recurso humano para poder hacer esos cobros y para poder sustituirlo, hay que llamar nuevamente a los candidatos al puesto” indicó Díaz.
De acuerdo con la funcionaria, no se puede castigar al docente por renunciar porque, entre otras razones, el artículo 9 del Manual para Administrar Personal Docente fue declarado inconstitucional en 2009. Este establecía que “quienes durante el curso lectivo renuncien a nombramiento obtenido por concurso público no podrán ser nombrados para ningún otro puesto con carácter de interno o sustituto durante el mismo curso lectivo”.
“Además, por los artículos 11, 33 ,56 y 192 de la Constitución Política no les puedo limitar el derecho a seguir participando cuantas veces quieran. Sin embargo, tan constitucional es el derecho al trabajo como el derecho a la educación; le hemos les hemos señalada esa problemática de las desestimas en varias ocasiones al Servicio Civil”, añadió la funcionaria.
A pesar de esos argumentos, Fabio Flores, director de Carrera Docente del Servicio Civil, está convencido de que no se puede controlar ni castigar que las personas soliciten lugares que luego no acepten.
“La Sala determinó la libre elección de la persona, el hecho de renunciar, no puede ser motivo de sanción; se podrían hacer modificaciones al modelo, pero eso requiere tiempo”, explicó Flores.
Actualmente, dijo, se evalúa la posibilidad de delimitar aún más las zonas donde se requiere el personal y que estas se detallen por centro educativo, actualmente, están delimitadas por circuitos.
Escuela de Alajuela: ‘Tres docentes que nombraron ni siquiera se presentaron’
Cinco docentes mostraron interés en trabajar en Ciruelas de Alajuela, donde se ubica la Escuela María Vargas Rodríguez
Cinco veces los alumnos y personal se ilusionaron con que ya llegaría el maestro que necesitaban; pero al final todos terminaron decepcionados.
Dos llegaron y se fueron y tres nunca se presentaron; renunciaron inmediatamente al conocer la escuela en la que les tocaría trabajar.
“Dos compañeras que nombraron venían desde muy largo, desde Santa Rosa y Chilamate de Poás, Como estamos en un lugar de alto tránsito, las compañeras me decían que salían desde antes de las 4 a. m. para estar a las 7 a. m.y se iban a las 12:15 p.m. y llegaban a la casa casi a las 4 p. m. Otras tres que nombraron ni siquiera se presentaron”, contó Roxana Quesada, directora de este centro educativo, uno de los que más presenta desestimas.
A pesar de no tener maestro, los niños en esta escuela no se quedaron sin lecciones ya que otros docentes de planta los atendían por turnos. Luego, el sexto docente que nombraron sí se quiso quedar.
“Los maestros muchas veces aceptan el nombramiento, para ver donde queda la escuela y después dicen que no les sirve, o les queda muy largo o no les gusta el grupo que les dan porque es numeroso o vienen de otra escuela que tiene recargos y en la nueva, no tienen. A los maestros no les importa estar desempleados y rechazar porque los vuelven a meter en el puesto de elegibles y los vuelven a contratar; es un cuento de nunca acabar”, sentenció Quesada.
Colaboró Carlos Hernández, corresponsal